Regresando al pasado [Priv. Crow]

El extraño subió por la estantería haciendo un poco de ruido y cuando llegó a arriba, su nuevo hechizo de invisibilidad llegó a su fin, mostrando sus facciones de nuevo. Se asomó sigilosamente sin ser visto y vio como una cabeza se movía un tanto nerviosa preguntando si alguien se encontraba con ella. Silenciosamente, el mago desenvaino su nueva katana, a la espera de un buen momento. Entonces saltó y calló encima de la extraña poniendo la katana en su cuello. Entonces sus ojos se abrieron como platos. Esa persona era una vieja compañera. Envainó su espada y se levantó, luego ayudó a levantar a la muchacha.

- Ahiru... - Dijo en son de saludo. Luego desvió su mirada al libro que estaba en el suelo. - Ka... masutra... - Miró a Ahiru de nuevo y se echó a reír hasta que le salieron lagrimas, tuvo que sentarse debido a la cantidad desmesurada de carcajadas que salían de su boca. Poco después paró.

- Nunca pensé que te volvería a ver de una forma tan gloriosa. - Dijo mientras se secaba las lagrimas y aún soltaba alguna que otra risita. Luego suspiró aliviado y miró a Ahiru con unos ojos apagados que no mostraban ningún sentimiento.

- ¿Qué haces buscando libros aquí? Pensé que ya tenías el que querías, pero veo que esta vez es de otro tipo. - Dijo haciendo referencia a lo que había ocurrido en el cementerio tiempo atrás mientras volvía a reír. Miró al espejo que seguía intacto.

- Así que lo viste. -

Crow fue a agarrar la mano de la maga después del golpe un tanto doloroso, pero esta se cruzó de brazos y el chico se mordió el labio inferior. Después se levantó por su cuenta e intentó poner una sonrisa amable.

- Es una pena que no hayas conseguido el libro. - Dijo con un tono inseguro. El mago miró el cuello de la muchacha pero no había nada, el chico volvió a morderse el labio inferior. ¿Habría tirado el collar? Crow no sabía que pensar, pero entonces la pregunta de la maga hizo que su mente se centrara en solo una cosa.

- ¿No es obvio? Bueno, en realidad no lo es tanto... - Empezó el chico. - Aeria, mi madre, vine a investigar sobre ella, y acabé rebuscando en la historia de los Tsunemori, no sabes cuanto conocimiento hay entre estas paredes, cuantos hechizos, cuantos secretos... Me pregunto por qué nadie viene más a menudo. En uno de los libros hablaba sobre el Gran Patriarca y cierta "ayudante", de nombre Aeria Stonewell o algo así. Mi madre. Esto no es lo único que encontré, ese espejo que llevas en la mano lo creó un familiar tuyo, cuyo nombre, si no me equivoco, era Ryoka, o algo así, no soy muy bueno con los nombres. - El chico se quedó mirando a Ahiru. - Lo siento, creo que eso ya lo sabías, pero... - Entonces el mago sacó un libro de su mochila y se lo lanzó. - Ese libro no es de esta biblioteca, lo saqué de... otro sitio. Página 347, segundo párrafo, Espejo Guía, puede que te ayude a saber usarlo. Y seguramente te estés preguntando como oculté mi energía y mi propio ser. Página 142, hechizos de camuflaje... Provienes de una familia bastante ejemplar, ¿sabes? - Terminó el chico.

Miró a Ahiru, le había parecido un discurso bastante largo, pero no sabía como se lo tomaría la muchacha, se limitó a apoyarse contra la estantería, dejando que la luz iluminara sus ojeras debido al cansancio de tanto leer y practicar hechizos, ¿cuánto había leído sin dormir demasiado? ¿2 días? ¿3? Había perdido la cuenta, pero por lo menos había valido la pena. Miró hacia el techo y frunció el ceño, momentos después lanzó una bola de fuego hacia arriba abriendo un agujero, asegurando que no cayeran escombros sobre ellos.

- Hace días que no veo el cielo~ Ya me sentía algo mal y todo~ - Dijo mientras alzaba su vista al cosmos. Luego empezó a reír. - Debo ser estúpido, o esto debe estar afectándome, podría haber usado las ventanas, jaja. - El chico volvió a mirar a su antigua compañera y arqueó una ceja. Luego se acercó a ella y una vez a su lado se aproximo lentamente a su oreja.

- Ahora me ves... - Chasqueó los dedos y activo el camuflaje de nuevo. - Ahora no... - Luego rápidamente se alejo un poco de la maga. - Juguemos al escondite, ¿quieres? hohoho... - Antes de empezar a correr por ahí dijo otra cosa. - Página 299, hechizos de detección. - Luego echó a correr por ahí.

Crow sonrió ante la propuesta de su amiga, al parecer esta quería que Crow lo obedeciera durante tres días, pero el chico pretendía darle la vuelta, la mente de Crow empezó a funcionar y el mago sacó de sus bolsillos dos lentes de contacto y se las puso, miró a su alrededor y empezó a recibir datos de posición peso y estabilidad de cada zona. Crow acababa de dejar el juego de lado, esto se había convertido en una misión de captura...

Empezó a colocar una trampa simple para desencadenar lo demás que tenía preparado, un nailon casi transparente y bastante oculto estaba delante de una trampa de lazo muy obvia que en realidad, no funcionaba, pretendía que la muchacha avanzara hasta el lazo para intentar desactivarlo, provocando que el nailon activara un mecanismo que cegaría a la muchacha con un flash encapsulado en una bola mágica que caería desde el cielo, justo después el mago lanzaría un dardo tranquilizante a la maga en el cuello esperando a que esta cayera profundamente dormida, si eso fallaba, tenía preparada una cuerda en la retaguardia que movida con un poco de viento, con suerte haría que la chica tropezase y en ese momento, Crow aprovecharía para activar su plan B... Tampoco estaba muy preocupado con la habilidad sensorial que le había mostrado a Ahiru en el libro, esas técnicas poco podrían descubrir debido a la energía extra que su colega Hope le daba desde la espalda.

" Que empiece el juego... "

El mago vio como la carta se dirigía hacia él ya que venía de frente, pero no la esquivó, explotó en su cara lanzandole hacia atrás, el chico cayó al suelo sin que su hechizo se desactivara, antes de haber sido empujado hacia atrás, había aprovechado el polvo de la explosión para lanzar unos dardos tranquilizantes a bastante velocidad a Ahiru, esperaba que dieran en el blanco, pero todo era posible. Luego empezó a maquinar un plan bastante arriesgado, pero que aún así llevaría a cabo por el simple hecho de probar. Solo necesitaba una venda, pero mientras planificaba todo, Crow lanzó una bola de humo y después usó un truco que había aprendido no hace mucho.

El chico creó una burbuja de aire y dentro de ella empezó a hablar, pero no se escuchaba nada, hizo varias de estas y las mandó a varios puntos de la habitación mientras el humo se disipaba, luego chascó los dedos y voces desde un montón de lugares se escucharon esperando confundir a la maga.

- Kufufufufu. - ¿Sabrás dónde estoy? - Heh. - ¿Te he hablado de la multiplicación? - Kufufufufu. -

Cada frase venía desde un sitio diferente y Crow sonrío conforme con el resultado. Luego sacó de su bolsillo un pañuelo y empezó a preparar el golpe que posiblemente le daría la victoria. Pero antes colocó una distracción, una trampa cebo, el chico cogió a su cuervo y le pasó un poco de su energía para que la muchacha de verdad pensara que era él, más tarde uso un hechizo para camuflarlo, era un hechizo de efecto óptico y ahora el cuervo parecía un clon de Crow. Después lo mandó a que actuara como si no supiera que era visible y que hiciera como que espiaba a Ahiru desde algún rincón obvio. El hechizo se desharía cuando la maga le mirara a los ojos desde cerca. Y eso le daba tiempo para ponerse en posición.

El chico observó como Ahiru invocaba a su pequeña rana y no pudo evitar sonreír, la siguió desde una distancia prudencial mientras esta emprendía su búsqueda por la biblioteca, hasta que se encontró con Hope y le lanzó una carta explosiva, debido a que el animal tenía una barrera protectora no le haría mucho y el hechizo duraría hasta que la maga mirara a los ojos al falso Crow desde menos de un metro. El mago aprovechó esto para realizar una detección para Lily, debido a que´la rana tenía baja energía, no la pudo detectar, así que lanzó una onda de viento lo suficientemente fina como para que no fuera notada por Ahiru, esta onda de viento rebotaría en todos los objetos de la sala, y el mago lo sentiría, así fue como sintió a Lily detrás de él, se giró, no sabía que pretendía hacer la rana, así que por si acaso, creó una burbuja de aire bastante grande donde se introdujo él mismo y la rana. Así estarían ambos incomunicados con el exterior. No podía atrapar a la rana sola ya que era invisible y no sabía donde poner la burbuja exactamente, así que se limitó a hacer una lo suficientemente grande.

- Shhh... - Dijo Crow mientras observaba cómo Ahiru se acercaba a Hope. Ahora solo le quedaba confiar en el animal, ya que él tampoco podía comunicarse con el animal debido a la burbuja.

Cuando Hope salió volando y Lily se volvió visible, Crow impregnó a la rana con su esencia y la metió en una burbuja más pequeña mientras este salía de la grande y se movía para hacer su siguiente movimiento, observó la cara de la muchacha victoriosa y muchos recuerdos llegaron a su mente, su combate en las aguas termales en el que se había rendido, su guerra de bolas de nieve, la experiencia en el cementerio... Disfrutaba estar con aquella muchacha, por primera vez, tenía una buena compañera aparte de Hope y eso le hacía feliz. El chico se acercó corriendo por la espalda mientras sacaba una venda y con un veloz movimiento la ataba en los ojos de Ahiru. Segundos después la abrazó y deshizo su invisibilidad.

- Me hiciste tener que actuar rápido con esa carta trampa que lanzaste a tu mascota, que afortunadamente está ilesa... Pero... Creo que te atrapé... - Dijo susurrando a Ahiru.

- Está bien Ahiru... - Dijo mientras se sentaba en una de las sillas que había por donde había caído. - Debido a que yo no tengo muchas ideas para mandarte, y no soy una mala persona, no podrías ser mi sirvienta, porque no harías nada... hmmm... Hagamos una cosa, yo he ganado, pero... Como mi sirvienta que eres, te ordeno que seas mi ama durante los tres días. No hay discusiones, como mi sirvienta que eres, es una orden. - Terminó el chico mientras reía y una gota de sudor caía por su mejilla. La verdad es que esperaba perder, su victoria había sido un accidente planeado, pero un accidente. No había pensado en nada y como ya dijo, no sabría mandarle hacer cosas interesantes. Así que Crow decidió hacer eso.

- Bien, Ma'am, ¿cuál es su primera orden? - Dijo mientras sus ojos se sombreaban y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Crow observó como la chica salía de su escondite para reclamar pero se tragaba sus palabras, a fin de cuentas, le había dado una orden como ganador. Así que en realidad, no había cedido ninguna victoria. El chico sonrió mientras la chica se sentaba para pensar y su primera petición fue de lo más gloriosa junto a su pose consecutiva.

- Ahiru-sama suena bien, no me costará mucho. - Dijo mientras soltaba unas cuantas risitas. Sería una experiencia divertida. Luego escuchó su segunda orden.

- Que así sea, Ahiru-sama. - Dijo mientras hacia una reverencia para luego echar a andar. Decidió molestar a la maga yendo por el camino más largo posible y al final acabó tomando unos cuarenta y cinco minutos el llegar al destino.

- Uh... Creo que debí haberme perdido un poco... - Decía Crow mientras reía.

Luego señaló 15 estanterías de tamaño considerable y las calificó como contenido histórico que interesaría a Ahiru. Unos minutos después llevó un libro especifico hasta los ojos de la maga.

- He aquí, Ahiru-sama, él libro que posiblemente te interese más de esta colección. - Dijo Crow mientras sonreía.

- Hahaha, un traje de maid... - Dijo el chico mientras rebuscaba en su mochila y sacaba un paquete de galletas con chispitas de chocolate y se las entregaba a Ahiru. Una vez entregadas se fue en dirección a la cafetería de la universidad. El chico estaba cansado, necesitaba dormir de forma urgente, aún que llevaría a cabo su misión.

Llego a la vacía cafetería y cogió una malteada del frigorífico y la puso en el vaso más bonito que encontró, luego le puso hielo y un parasol decorativo. Sacudió su cabeza debido a que la vista empezaba a fallarle, veía todo borroso, pero echó a andar de nuevo a la biblioteca, por el camino miró al cielo y vio a su cuervo pasar. Había salido a dar una vuelta a lugares impensables para el mago. Entró a la biblioteca y a tropezones llegó hasta la mesa donde se encontraba la muchacha y puso la Malteada en ella.

- Quince minutos... Kufufu... - Dijo el chico con los párpados casi cerrados. - Supongo que no me dejarás... - No pudo terminar la frase, cayó de bruces quedando dormido en el suelo como un bebe en la cuna. El chico agradecería ese descanso, pero... ¿Iba a dejar Ahiru que este se durmiera?

Crow se despertó temprano, con las primeras luces del alba, abrió los ojos lentamente mientras el calor de los primeros rayos de sol interceptaban su rostro, era una sensación muy agradable. Entonces se estiró en el sitio, esa noche de descanso le había sentado de perlas. Segundos después se percató de que una manta y los cabellos de Ahiru le estaban arropando, el chico sonrió ante la presencia de la muchacha. La verdad es que estaba confundido, a todo el mundo parecía gustarle su pecho, bastantes personas solían quedarse dormidas ahí. El chico alzó la mano y acarició el rostro de la maga. Las luces de la mañana hacían que su rostro se viera con una belleza increíble. Luego, lentamente subió sus dedos hasta el pelo de la muchacha y empezó a jugar con él.

- Huh... - El chico estaba tan a gusto que le daba cosa levantarse y acabar con el momento. Pero no mucho después, con cuidado levantó a la muchacha y la dejó en una posición cómoda, y se quedó observandola un rato. Seguramente se enfadaría si descubriera que el chico la estaba observando, o eso creía Crow.

No pasó mucho tiempo hasta que el mago se levantó y fue a buscar el desayuno para los dos en la cafetería, llevó lo típico por si a Ahiru no le gustaba algo de las otras cosas. Al final se vio con dos cafés y dos muffins de chocolate. Entonces llegó al asentamiento en la biblioteca.

El mago comió junto a su compañera y se quedó satisfecho, luego la miró y se sumió en sus propios pensamientos, miró los ojos de la muchacha, todo había pasado tan rápido, su reencuentro, su pelea... Crow tenía la sensación de que eso no era real, pero una voz le trajo de vuelta a la Tierra.

- ¿Un hechizo? - Dijo el chico ante las palabras de Ahiru. La chica quería usarle como conejillo de indias, una cosa era ser sirviente, y otra muy diferente era servir como conejillo de indias ante un hechizo que la maga no había realizado antes, así que frunció el ceño. No sabía que hacer, sin duda confiaba en las habilidades de la muchacha, pero le parecía demasiado peligroso, sobretodo teniendo en cuenta que no sabía la naturaleza de dicho hechizo.

- Hmm... Está bien... Adelante... -Su respuesta le sorprendió hasta a sí mismo, pero no era un problema, tendría cuidado.

Se concentró y creó un escudo mental que evitaría cualquier tipo de lavado de cerebro o control mental solo por precaución, no quería ser controlado por nada, ni por nadie. Al despertar perdería los estribos y acabaría muy enfadado, demasiado pensaba Crow. Aunque sí estaba preparado para cualquier hechizo físico, ya que si se sentía incomodo o no le gustaba lo que estaba pasando podría deshacerlo de manera relativamente sencilla, depende de que tipo fuera, aunque esa acción disgustara a Ahiru, tenía preferencia su bienestar que los experimentos de la maga. Una vez creado el escudo mental prosiguió.

- Pues... Cuando quieras. -

Crow miró a sus pies pero antes de ellos, vio dos bultos en su pecho... Se estremeció y puso cara de sorpresa, le había transformado en chica, de forma temporal, pero le había transformado. La verdad es que no le hacia demasiada gracia, se sentía incomodo, pero bueno, no demasiado como para deshacer el hechizo, aunque poco después descubriría que no podría deshacerlo ni aun que quisiera.

Algo iba mal, sentía un vacío dentro de él, aunque no sabía que era, entonces habló.

- Pero... - Se quedó en silencio y una gota de sudor frío cayó desde su frente, había ocurrido lo que se temía. Corrió hacia una ventana y se asomó para silbar. Pero nada le respondió.

- ¡HOPE! - Gritó Crow sin obtener respuesta. Su voz aguda ya no era reconocida por el cuervo. - Oh no... - Dijo mientras se echaba hacia atrás y fruncía el ceño. Se giró hacia Ahiru.

- Destransformame, ya. Has probado tu hechizo, deshazlo. - Dijo mientras cerraba los puños y concentraba energías, pero esa sensación de vacío reapareció, definitivamente, algo iba mal, muy mal. Los rayos que solían salir cuando el mago se cabreaba, no estaban, y no era capaz de concentrar energías en ninguna parte del cuerpo. Se había quedado sin su magia... Miró sus manos y luego entrecerró sus parpados para mirar de nuevo a Ahiru.

- ¿Qué me has hecho..? No puedo usar magia... - Una cara de estupefacción apareció en el rostro de Crow, momentos después se derrumbó cayendo de rodillas mientras su mirada se hundía en el suelo. Deseaba que ese efecto fuera solo durante el hechizo... Pero... Las lágrimas brotaron de los ojos de Crow.

- ¿He... perdido todo lo que me enseñó mi madre..? - Dijo entre sollozos. Su voz aguda empezaba a molestarle, no quería escucharla más, así que se mantuvo en silencio mientras se concentraba para parar de llorar. Por algún motivo, esas lagrimas se mantenían, aunque tras un rato logró parar.

- Devuélveme mi cuerpo... - Se limitó a decir.