Desenterrando verdades [Priv. Crow]

El chico entró dentro de la cabaña después de su compañera y observó el entorno. Para el mago eso no estaba nada mal, podría quedarse allí cuantas noches hicieran falta, aunque todo estaba muy oscuro. Miró a su alrededor y vio algunas velas por ahí, las cual encendió con un poco de fuego y las dispersó por la cabaña para iluminarla. Luego fue a donde se encontraba Ahiru. Se acercó a una ventana y miró por ella.

- Woaaa... Es hermosa.- Dijo Crow con ojos de niño al mirar la tormenta. Le encantaban, desde que era pequeño le había encantado la naturaleza en todos sus estados.

Miró a su compañera.- Es una de las grandes.- Dijo con los ojos muy abiertos. Su manía de mirar al cielo todo el rato había hecho de él un gran previsor del tiempo.- Aunque para mañana al medio día se habrá disipado.- Dijo para terminar.

Volvió a mirar hacia fuera y puso la mano en el cristal.

El chico escuchó las palabras de Ahiru y como esta empezaba a hacer sus cosas, pero no le hizo demasiado caso. Él seguía sentado frente a la ventana observando cada rayo que caía, para aprender más sobre todo el tema de las tormentas. Hubo un momento a partir del cual, se produjeron anomalías en la electricidad de los rayos y estos empezaron a caer más cerca. El chico cerró los ojos y empezó a sentir la energía natural. La tormenta era peor de lo que había pensado y sabía de lo que esta era capaz.

"¿Esta cabaña tendrá para rayos?" Pensó el mago.

Envió una onda de aire al exterior a la cual le costó seguir y descubrió que el para rayos que debía defenderles estaba partido a la mitad, lo que lo dejaba inútil. Miró a la maga, que se paseaba de aquí para allí sin hacerle caso. Decidió no contarle nada por si decidía que esa cabaña era insegura. Entonces se concentró, creó un campo magnético que alejara a los rayos y se hizo el dormido para que Ahiru no sospechara nada.

"Una noche sin dormir no hace daño a nadie." Pensó Crow. Y allí se quedó, quieto frente a la ventana.

El chico se había concentrado tanto en parecer que dormía que se había quedado dormido de verdad. Así que cuando Ahiru le puso la mano en el hombro, este cayó de costado y siguió durmiendo. Crow era de esas personas con un sueño profundo a la que le costaba despertarse, y no sabía como afectaría a eso que estuviera usando magia. Aunque era peligroso, ya que dormido no sabía sus límites y podría gastar toda su energía mágica, empezar a usar su energía vital y al final morir. Pero por suerte o por desgracia, el chico despertó, no causando así ningún problema.

- Ugh...- Miró a Ahiru y lo sintió.- ¿Un escudo? ¿No soy un poco inútil en este viaje?- Dijo medio dormido, se volvió a tirar al suelo, se revolcó un poco y se levantó.- Uhhh, no hago más que causar problemas. A veces me pregunto si no me estás soportando por pena.- Al parecer Crow en ese momento estaba medio dormido y pensaba que estaba en un sueño. Suspiró y se dirigió a un futon sucio donde se recostó y empezó a dormir.- Ni si quiera soy higienico, hmhnmsd.- Y con esas palabras, se durmió.

Las gotas de lluvia chocando con la ventana produjeron un sonido que llegó a los oídos del mago, este se despertó y se encontró con que Ahiru estaba junto a él.

"¿Dafuck?" Pensó. No se había percatado de la presencia de la maga en toda la noche.

Luego, con cuidado de no despertarla se acercó un poquito más a ella, la rodeó con sus brazos y volvió a cerrar los ojos para dormir hasta que pasara la tormenta.

"Se siente muy... Calentito y a gusto" Pensó el chico.

Crow nunca había dormido con alguien así que no conocía la experiencia y debido a que siempre dormía en lugares extraños, nunca había conocido ese tipo de comodidad que sentía ahora. Estaba de lo más relajado.

El chico abrió los ojos y vio como Ahiru se intentaba escapar de sus brazos, este se rió y aparto los brazos de su compañera y se los llevó a la cabeza para coger a la rana.

- Buenos días Lily, ¿qué tal te has despertado?- Luego Crow se incorporó y la dejo en el suelo. Le dedicó una sonrisa a la maga y fue a desayunar las galletas que le habían sobrado. Se sentía feliz, había dormido de perlas y estaba como nuevo.

-¿A qué hora partiremos?- Le preguntó a su compañera.

Las galletas se le acabaron así que abrió la ventana y llamó a su compañero, el cuál vino y se puso a jugar con Crow.

-Nunca he desenterrado a nadie. ¿Cómo es?- Preguntó el chico aún sabiendo que posiblemente la chica no lo había hecho antes.

- Pues vaya... - Dijo el chico en voz baja. - Al parecer alguien ha dormido mal. - Terminó. Se quedó un buen rato sentado pensando en si acompañar a su amiga o no, pero entonces recordó que aún tenía algo que hacer en el cementerio. Se levantó, cogió una armónica de su mochila y se fue hacia el cementerio.

"Es por esta zona estoy seguro..." Pensaba el mago mientras miraba las tumbas.

- ¡Oh! Aquí esta. - Dijo mientras observaba una tumba con el nombre de Aeria. Había perdido a la maga de vista pero en ese momento le daba igual.

Se sentó frente a la tumba y recordó muchos momentos de su infancia hasta la muerte de Aeria. Entonces sin poder evitarlo empezó a llorar silenciosamente. Segundos más tarde rebuscó en su bolsillo y sacó su armónica. Se la puso en la boca y empezó a tocar una melodía dulce, como una canción para niños pequeños.

- Me siento tan cerca de ti en este momento, es una sensación de fuerza, me pongo el corazón en mi manga, como una gran cosa, tu amor se inclina, quiero decir que me rodea como una cascada y no hay en este momento quien nos detenga, me siento tan cerca de ti en este momento. - Cantó Crow al ritmo de la melodía de la armónica entre pausas, le había salido algo desafinado debido a los llantos, pero eso le daba igual. Puso su mano sobre la tumba y la acarició con mucha ternura.

- Madre... -

Crow se limpió la cara con las manos y sintió un calor en el pecho. Miró y su collar estaba brillando con luz tenue.

- snif* Pero... ¿qué es esto? snif* - Dijo aún relajándose un poco. ¿Su collar estaba brillando? ¿Significaba eso que estaba activo? El chico no sabía la respuesta a la segunda, así que lo más sensato era ir al encuentro de su compañera, pero... El chico no tenía muchas ganas de encontrarse con ella, por varias razones, aún estaba llorando un poco y por la forma en la que lo había tratado antes. No estaba enfadado, pero no quería encontrarse con ella. Así que llamo a Hope y le pidió que le llevara el collar a Ahiru.

El chico empezó a caminar de nuevo, no estaba buscando nada, pero no quería quedarse quieto en un sitio, así que decidió dar una vuelta antes de ir al encuentro de Ahiru. Un poco después, el mago empezó a sentirse un tanto cansado, ¿se estaba quedando sin energías? Se sorprendió un poco y sin dudarlo un momento, emprendió su torpe camino hasta donde se encontraba la maga.

- Que raro es todo esto... - Dijo para sí mismo - Desde que me quité el collar... -

El chico suspiró mientras se acercaba a la puerta con los ángeles. Se sorprendió al ver a su cuervo posado en uno de los ángeles.

- Hope, ¿por qué no le llevaste el collar a Ahiru? ¿Tienes miedo de entrar ahí? Ya veo... - Decía Crow mientras se comunicaba con su mascota. - Dame el collar pequeñín, quiero probar algo. - Terminó de hablar y el pájaro le dio el collar. El mago se lo puso y su energía se recobró.

- Al parecer este collar si que da energía. ¿Estará activo? Sigue brillando... - El chico miraba el collar con cara de incomprensión. Momentos después, bajó las escaleras.

- Vamos Hope, conmigo no te pasará nada, además... Creo que te necesitaré, como aquella vez. - El chico se quedó en silencio tras esas palabras y el cuervo graznó para después seguirle.

Tras caminar un buen rato sin encontrar nada, el chico se hartó.

- Esto es laberíntico... Y encima acabo de perder la energía de Ahiru... Hope, ven aquí, es hora de hacerlo. - El chico cogió a su cuervo en las manos y empezó a canalizar energía.

- Cien años vividos, poderes ocultos, despierta terror de los cielos, bate tus alas de destrucción y corroe todo lo que te rodea. - El chico conjuró el hechizo y el cuervo empezó a crecer de tamaño, le salieron otras cuatro alas y terminó por derrumbar varias paredes del lugar.

- Espero no tener que pagar esto... Ahora, busca Hope, busca a Ahiru. - Le ordenó el chico. Aquel monstruo empezó a andar en una dirección determinada destruyendo todo a su paso, hasta que llegó a una habitación donde Ahiru estaba tirada en el suelo.

El chico chascó los dedos y el cuervo se transformó de nuevo en su forma normal y aterrizó con dificultad en la cabeza de Crow. Caminó hasta la chica y se arrodilló frente a ella. Le tomó las pulsaciones, seguía viva... Se quitó el collar y lo colocó en el cuello de Ahiru esperando que se recuperara. Entonces se dio cuenta de que en esa habitación el collar brillaba con más intensidad. Se apartó del cuerpo de la muchacha y en pocos segundos empezó a sentir una presión que le hizo derrumbarse. Su acto reflejo fue hacer un escudo protector mágico, que consiguió frenar la presión pero no detenerla. Otra vez le estaba pasando lo mismo, pero de forma más intensa.

Ahiru lo había dejado bastante claro, no necesitaba su ayuda, eso le afectó al mago sin saber por qué, no le importaba que no la necesitara, pero en ese momento y con esas palabras, le había llegado muy adentro. Suspiró mientras miraba al techo, de nuevo echaba de menos el cielo, puso una mueca amarga y se giró de espaldas a la criatura y a la maga. Él quería hacer algo, pero cuanto más lo pensaba, menos cosas se le ocurrían.

- Tsk... -

Crow frunció el ceño, se volvió a girar mientras observaba como luchaban, se sentía inútil, justo como la noche anterior, y de nuevo, sintió en su estomago un sentimiento amargo, el chico resopló y se quitó a Hope de la cabeza.

- Perdona peque, no estoy de humor. - Lo puso a un lado y el cuervo empezó a saltar de un lado a otro graznando al chico.

- Yo no puedo hacer nada, ni si quiera tengo energía, o no demasiada.-

- Crooo! Croo!! -

- No voy a quitarte la poca energía que te queda después de tu transformación idiota. - Miró mal al cuervo, pero luego se rió y le acarició la cabeza. - Aunque gracias por el ofrecimiento. -

Entonces llegó a su mente eso que tanto ansiaba, miró a Ahiru mientras sus ojos se iluminaban. - Hope, eres un genio. - Acarició de nuevo a la criatura, la cogió de nuevo en brazos y volvió a conjurar.

- Cien años vividos, poderes ocultos, despierta terror de los cielos, bate tus alas de destrucción y corroe todo lo que te rodea. -

La transformación comenzó, sus cuatro alas extras aparecieron, el pico se agrietó con forma de dientes y sus garras se hicieron más afiladas. Su cola se extendía varios metros. La criatura rugió. Sus ojos rojos miraron al fantasma y luego a Ahiru, a la cual se acercó y la miró agachándose esperando a que esta subiera a su lomo.

- No puedo ayudarte, pero puedo darte algo para que cuando acabes absorba al fantasma o lo que sea eso, te lo presentaré de nuevo, el es Hope, mascota del dios de la guerra Odín, capaz de sellar a cualquier ente que esté lo suficientemente debilitado. Podría decirte que puedes hacerlo todas las veces que quieras, pero su energía es poca, si fallas más de cuatro veces, Hope morirá, recuerda, solo tienes cuatro intentos. Y no te preocupes, al sellarlo, el espíritu te obedece... rá... - Dijo Crow antes de caer desmayado por la falta de energía.

Crow abrió sus ojos, todo estaba quieto, Hope, Ahiru, todo... Se levantó y miró a su alrededor, entonces se percató de lo que de verdad estaba pasando, en el suelo estaba su cuerpo, inmóvil como todo lo demás, pálido e... inerte.... Crow había muerto, o por lo menos su alma se había separado de su cuerpo, poco a poco todo volvió a moverse de forma normal, vio como la muchacha luchaba contra el espectro y vio a Hope, casi sin energías. Y por último, se giró y en el gran agujero de la pared, estaba Aeria.

- Ma...- No pudo terminar.

- Crow... - Se acercó al chico y le abrazó.

- ¿Estoy... muerto? - Preguntó el chico.

- No, estás en estado zen, tu alma se separa del cuerpo y es como si estuvieras muerto, pero no lo estás.

- ¿Podré volver a mi cuerpo?

- Sí, pero... Crow... Debes evitar que Hope muera, metete en su cuerpo y juntad vuestras almas, dale tu poder... Ese espíritu... Debéis pararlo...

- Pero... ¿Por qué?

- Crow, no tengo tiempo, ¿sabes lo que cuesta que te dejen salir del lugar de los muertos?

- Yo... Ah... Está bien...

- Gracias, hijo. - Dijo mientras le besaba la frente. - Perdón por esta visita tan esporádica y corta, pero volveremos a encontrarnos, y hablaremos mejor, cuando llegue tu hora.

- Adiós... Madre.

Observó como Aeria se desvanecía mientras aún besaba su frente, unas lagrimas corrieron por sus mejillas y entonces frunció el ceño mientras se giraba hacia el cuervo. Avanzó hacia él, y poco a poco, fue entrando en su ser, fusionandose con su alma y dandole su energía.

- Bien amigo... Es hora de acabar con esto... - Dijo el chico mientras finalizaba.

Entonces el cuervo abrió mucho los ojos y graznó mientras se alzaba mostrando las plumas como símbolo de vitalidad, a punto estuvo de tirar a la maga, pero tuvo cuidado de no hacerlo. Giró su cabeza hacia Ahiru y se vio claramente el fuego brotando de uno de sus dos ojos.

- Caww... -

El cuervo, ahora además mago, graznó con gran ímpetu y luego empezó a tragarse al espectro, Crow, que estaba en su interior, lo estaba observando todo horrorizado, aquello era asqueroso, no sabía como Hope podía hacer eso sin vomitar, se veía como el fantasma era bañado en bilis y otras cosas horripilantes.

- Así que esto es la forma de sellar espíritus... - Dijo el mago mientras se aguantaba las ganas de vomitar, aunque... ¿Podía vomitar? A fin de cuentas, el solo era un espíritu también.

Todo el control del cuerpo lo tenía el cuervo, el mago se había limitado a darle energías y a decirle un par de cosas. El animal parecía contento de tener a su compañero con él, lo cual hizo que Crow sonriera.

- Peque, ¿te acuerdas cuando madre te entregó a mí? Fue el día más feliz de mi vida, siempre has sido una muy buena mascota, y si no salgo de esta... Quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, siempre has estado ahí animandome, así que... Gracias. - Dijo el chico mientras acababan de sellar al espectro con éxito. Entonces Crow salió del cuerpo de Hope y se alejó un poco para mirar la escena, puso sus ojos en Ahiru.

- Ahiru... ¿Y si nunca nos volvemos a ver?.. - Dijo mientras su semblante se volvía triste, miró a su cuerpo y suspiró. Al contrario que con el cuerpo de un animal. Su cuerpo sería más difícil de abordar, le habían contado sobre esto tiempo atrás y recordó que, si el cuerpo llegase a rechazarle, no podría ni volver, ni irse, se quedaría en un limbo para siempre, rondando por la faz del mundo, sin rumbo, sin poderes, sin nada...

El chico vio como Ahiru bajaba de Hope y se dirigía a donde se encontraba su cuerpo, entonces se acerco al pájaro, el cual parecía notarle, mientras que la chica no parecía tener ni idea de su presencia. El cuervo empezó a graznar muy bajito mientras se destransformaba y empezaba a saltar al rededor de donde estaba el espíritu del chico. Sin duda, mago y animal tenían una conexión muy fuerte.

- Así que tú aún podrías seguirme chiquitín. - Se dijo para si mismo, luego escuchó como Ahiru rompía a llorar... por él. Se acercó hasta ella, se arrodilló e intentó poner su mano en el hombro de la muchacha, pero obviamente, pasó a través de ella.

- No llores... - Dijo haciendo un esfuerzo inútil por comunicarse con ella. Entonces notó una fuerza que le arrastraba a su cuerpo de nuevo, el collar le estaba llamando y una fuerza tiraba de él con una presión muy intensa, en pocos segundos volvía a estar en su cuerpo. Abrió los ojos de golpe y se levantó quedando sentado de forma muy brusca, casi golpeando a la maga.

- ¡Por los dioses!