Un día de descanso.

Crow observó todo lo que Ahiru hacía con la rana y como se agachaba para acariciarla. Tendría que convivir con el animal que más odiaba. Suspiró, al final acabaría acostumbrándose, o eso esperaba.

"Espera... ¿Eso ha sido el estomago de Ahiru?" Se preguntó Crow en mente. Luego hizo sonar unas risitas.- ¿Qué te parece si vamos a comer algo? - Preguntó el muchacho mientras le ofrecía la mano gentilmente.- Al parecer alguien tiene hambre.

Le habló a la maga sobre un restaurante barato que había por ahí cerca.

- Es bastante barato, aún así, la comida que hacen está de muerte, he ido por ahí muchas veces así que algunos camareros me conocen. - Dijo mientras miraba a la maga a los ojos.- ¿Qué te parece?

- Hahaha, si, debo estar alucinando.- Dijo mientras guiñaba un ojo.

Es por aquí, dijo Crow mientras guiaba a Ahiru, se habían pasado todo el día peleando, ya estaba anocheciendo. Era increíble. Miró al cielo, el cual estaba hermoso. Alzó una de sus manos e intento acariciarlo mientras sonreía.

- Es hermoso.- Pensó en voz alta.

Miró a su compañera y le dedicó la mejor sonrisa que pudo sacar. El momento era merecedor de algo así. Los últimos rayos de luz daban directamente a la cara de la maga, la cual se veía espectacular. Crow se sonrojó y volvió a mirar hacia delante.

- Y...Ya estamos por llegar.- Dijo.

Crow se puso muy rígido cuando Ahiru juntó su frente con la suya. El color rojo se intensificó aún más.

" Pero ¿qué hace?" Pensó el chico.

Cada vez sentía más calor y su respiración se intensificaba cuanto más rojo se ponía. Al final, de la vergüenza Crow intentó separarse torpemente de la maga cayendo de culo en el suelo.

"Demonios..." Pensó mientras seguía sonrojandose más y más.

El corazón de Crow empezó a latir con mucha fuerza.

- Yo... Estoy bien.- Dijo con los ojos muy abiertos.- No te preocupes.

Cuando la maga tomo su mano todo paró, todo volvió a ser como antes, dejo de ruborizarse y su corazón volvió a latir normalmente.

- Uhm... ¿En... entonces vamos al restaurante o...o no?- Preguntó el chico mientras se intentaba levantar.

El chico suspiró ahora que la chica se había alejado, por un momento pensó que moriría de vergüenza. Se levantó, se sacudió el polvo y empezó a caminar de nuevo.

- Menos mal...- Dijo en voz baja mientras suspiraba aliviado.

Miró al frente y divisó el restaurante.- Ahí está.- Dijo señalándolo. Aligeró el paso para llegar antes y acabar con este paseo a solas bajo las estrellas. Abrió la puerta del restaurante y dejó que Ahiru pasara primero. Luego entró él y saludó a un par de camareros con los que se llevaba bien. Les pidió una mesa y entre chistes y risas los camareros les guiaron hasta la mesa que estaba en una de las esquinas del restaurante. Crow miró a uno de los camareros y le preguntó con la mirada que por qué tan lejos de todo, pero no recibió respuesta y se dispuso a anotar el pedido.

- Pues yo quiero un trozo de lasaña por favor, y para beber... -Miró a Ahiru.- ¿Quieres algo en especial?- Le preguntó.

Los camareros habían situado su mesa en un sitio lejos de todo y esto no le agradaba a Crow, les miró y juró vengarse mientras estos se reían de él.

- Ains...- Suspiró el mago. - Y bueno, ayer me dijiste que buscabas algo, ¿qué buscas exactamente?- Preguntó Crow.

No tenía demasiada curiosidad, pero era por dar un tema de conversación y que no haya un silencio incomodo. Observó por la ventana y vio a Lily por fuera esperando a su nueva amiga. El mago se puso las manos en la cara y resopló.

- Ha sido un día agotador, esta noche seguramente caeré dormido en un periquete. Pero no se que haré mañana. ¿Tu tenías pensado ir a algún sitio? Podría acompañarte. No tengo nada mejor que hacer.- Dijo Crow mientras miraba a su acompañante.

Crow escuchó con bastante interés la historia que le estaba contando Ahiru mientras comían, un libro de un familiar llamado El Gran Patriarca.

"Espera... ¿El Gran Patriarca?" Pensó Crow. Entonces se atragantó.

Después de toser y librarse del mal estar, el chico habló.

-Mi madre adoptiva una vez me habló de ese mago, no recuerdo muy bien, pero me acuerdo perfectamente de que si me habló de él.- Dijo mientras se limpiaba con la servilleta y apartaba el plato vacío. Chascó los dedos y un camarero vino a llevarse los platos.

- Gracias por la comida, estaba deliciosa, como siempre.- Luego sacó el dinero y le entregó lo que debía al camarero. Después este se fue.

- Como te iba diciendo, mi madre me habló de ese hombre. Y también me dio algo que pueda interesarte.- Acto seguido el mago se llevo las manos al cuello y se quitó un collar del que colgaba una piedra preciosa de color negro.- Mi madre me lo dio antes de morir. Si no me ha mentido, esto perteneció a ese mago del que hablas, Golondrina.- Terminó de hablar mientras le tendía el collar.

- En cuanto a lo del cementerio, no te preocupes, no es ningún problema acompañarte, es más, así podría visitar a mi madre, hace tiempo que no voy...

Crow se volvió a poner el collar en su sitio.

- Bueno... Mi madre se llamaba Aeria, pero nunca me dijo sus apellidos, tampoco es que me importara mucho.- Dijo el chico recostándose sobre la mesa.- No era un detalle que necesitara saber.

Miró a su compañera y atendió a sus palabras, energía infinita, invocaciones muy poderosas, todo era muy interesante, pero a Crow no le interesaban esas cosas, así que si algún día Ahiru la necesitaba, se la daría sin problemas, al fin y al cabo, lo único que une al chico con esa piedra es el lazo de afecto con su madre adoptiva. El objeto en sí pertenecía a la familia de la maga.

- Y ¿cómo podría activarse? - Preguntó curioso mientras sus parpados se cerraban por el cansancio, en cualquier momento, podría dormirse allí, en medio del restaurante. - Podría... ser.. intere... sante...- Dijo Crow a punto de caer rendido.

La maga tomó el brazo de Crow y este la miró, se levantó junto a ella y salieron del local. Antes de salir, el chico no se olvidó de despedirse con la mano.

- ¿A dónde vamos?- Preguntó Crow un poco más despejado por haber caminado un poco.-Ah, se me olvidaba.- Dijo mientras se volvía a quitar el collar.- Dado que pertenece a tu familia, ten, es tuyo. -Le dijo mientras le ofrecía el collar para que se lo quedara ella.

Como de costumbre, el mago volvió a mirar al cielo y volvió a sentir esa energía que le daba al mirarlo. El aire esa noche era bastante puro y no se escuchaba nada, todo estaba en silencio. Volvió a mirar a Ahiru y sonrió, luego continuó con su camino, el cual no sabía donde terminaría, pero le daba igual.

- Vaya, he acabado por despejarme.- Dijo el mago.

Spoiler:

El chico escuchó lo de la rana y la verdad, le daba igual, desde que había pasado por aquello, le había cogido cariño a Lily, pero solo a ella, las demás ranas seguían pareciendole odiosas.

- Pues lo de la rana no me...- Crow se detuvo al escuchar a Ahiru decirle que le devolvía el collar. Entonces la maga rodeo con sus brazos al chico para ponerle el collar. Crow no lo sabía exactamente, ¿a cuántos centímetros de ella estaba? ¿10? ¿Quizás 20? Se sonrojó. Y su corazón se aceleró. Estaba ocurriendo de nuevo. No podía parar de mirarla a los ojos, la luna iluminaba su rostro y le daba a estos un brillo encantador.

"Otra vez..." Pensó Crow. "...otra vez..."

El chico observó como la muchacha volvía a pensar que estaba enfermo y como le ponía las manos en las mejillas, esto hizo que se ruborizara aún más. Sintió como canalizaba la energía curativa pero al no tratarse de una enfermedad no funcionaría. Ella se daría cuenta. Lo único que le quedaba al chico era cerrar los ojos y esperar. Hubo dos ocasiones en las que Crow levantó los brazos en un amago de abrazar a su compañera, pero en las dos ocasiones, sus brazos cayeron después de levantarse.

"Ah... Está demasiado cerca..." Pensó el chico.

Se mordió el labio y maldijo lo primero que se le pasó por la cabeza. Estaba en un aprieto del que no podía salir.

Cuando Ahiru se separó de el Crow suspiró aliviado y sus mejillas volvieron a estar normales. Demasiada vergüenza. Miro hacia la chica y la siguió hasta el balneario.

Durante el camino Crow silbó para llamar a Hope y entretenerse por el camino, pero entonces se dio cuenta de algo. Iba a la habitación de Ahiru.

"Demonios, voy a la habitación de Golondrina." Pensó Crow, miró a su cuervo mascota y empezó a hablarle con la mirada diciendo que tenía que hacer algo. Pero el cuervo no le hizo caso y se posó en su cabeza quedándose dormido.

"¡Me ha traicionado!"

Para pena del mismo chico, se volvió a ruborizar imaginandose el momento en el que se encontraran a solas en el cuarto.

"Fuu..." Pensó el chico mientras observaba a Ahiru caminar alegremente.

Entonces suspiró.

Nos encontrábamos otra vez en el balneario, en un par de ocasiones voltee a mirar a Crow para ver su condición, era extraño, por un momento pensé que había bajado la fiebre pero de un momento a otro el color de sus mejillas volvió a encenderse.

-Entra-

Le dije, mientras me hacia a un lado. Estábamos en la habitación que me encontraba ocupando, aun lado del futon se encontraba mi mochila, me acerque a tomarla mientras revolvía las cosas que llevaba adentro. Después de un rato encontré lo que estaba buscando, una pequeña bolsa con un liquido gelatinoso dentro.

-Recuéstate aquí-

Dije, para luego tomarlo del brazo y acostarlo sobre la cama, me coloque a un lado de Crow y otra vez me acerque y comencé a canalizar mi energía pero esta vez en la bolsa. Pude sentir como esta se empezaba a enfriar.

-Esta funcionando-

El corazón del chico palpitaba con fuerza, y más cuando Ahiru le recostó y se acercó a el de nuevo. El chico empezó a temblar de la vergüenza. La chica aún pensaba que él estaba enfermo. ¿Qué haría cuando se diera cuenta de que nada de lo que hacía iba a funcionar?

"No te acerques tanto" Pensó Crow llorando por dentro.

Iba a estallar en cualquier momento, no podía soportarlo mucho más. O hacía algo, o moriría de la presión en el ambiente. Lentamente levantó su mano, y se tapó los ojos con ella.

"Siempre igual"

Separó un poco los dedos para mirar a través de ellos, seguía allí, intentando curar algo que ni si quiera es una enfermedad.

El límite del mago estaba cerca y se le puso la piel de gallina.