Buscando a la Diosa Sumire.

No sabía por qué había aceptado hacer tal estupides, pero ahí estaba, buscando a alguien que probáblemente le enterraría cadenas, lo torturaría y discutiría. Mantenía la flor de Júpiter oculta cuidadosamente bajo su gabardina. Se decía que la flor había sido enviada por el Dios Júpiter para limpiar el alma y aliviar sus penas; sus colores rosado, anarajado y verde hacían notar su extraña procedencia y justificando la explicación dada por los romanos al descubrirle. Sus hermosos colores junto con su forma debían proporcionar a aquel que la viera de una paz temporal, llenarle de alegría y gozo. No entedía por qué ese ángel caído le había pedido que le llevara tal flor a una persona como Sumire, era más que obvio que ella simplemente la aplastaría o quemaría para después torturar al mensajero.

---Vaya... las tonterías que hago por ella...

-Que es ese olor Mattew? es una flor cierto?...quien te la dio?-

Cuestiono manteniendo su distancia, no diria nada, no se mostraria debil...aquel olor, aquel asqueroso olor, cerro sus ojos y trataba por soportar la respiracion...era insosteible que algo como eso entrara a sus tierras.

---Una flor de Jupiter, supuestamente enviada por el dios del mismo nombre para calmar el alma; obviamente no te sirve, pero un ángel caído me pidió que te la diera, por eso la traje...

Dio la espalda a la diosa preparándose para volar.

---Y esperaba poder ayudarle...

-ayudarme?-
Tomo la flor mirandole con aires de repudio...cerro sus ojos y fruncio el ceño.

-un ánge caido?...a quien te refieres con ese ángel...dime quien es-

susurró mirandole fijamente, obligandole a retrasar su partida.

Dejó salir un pequeño suspiro.

---Su nombre es Amnael, pero no creo que te interese tanto, ella ya no posee ninguna clase de poder.

-Amnael...-

Miro a Matthew fijamente, aquella chica, ya se habia encontrado con Sumire, sin embargo no diria nada.

-dime...has hablado con Yuna querido?-

cuestionó mirandole fria.

-quizas....de igual manera Matt...-

Aparecio frente al tomandole del menton, mirandole sonriente mientras acercaba peligrosamente su rostro al de el.

-sabes...tengo ganas de charlar con tu contraparte-

susurró mirandole con libido, posesiva, buscando que aquella personalidad que tanto le adoraba apareciera.

Dejó salir una larga risa mostrándole una rosa blanca que se enterraba en su mano.

---Sabía que usarías la rosa, Amnael es tan obvia... pero me pregunto por qué me dio esta flor que elimina los efectos de cualquier otra planta...

Soltó involuntariamente la rosa dejándola caer al suelo.

---Siempre fue tan torpe... Sumire-sama, un placer verla de nuevo.

-aah~...sin duda alguna tambien es un gusto verte de nuevo..-

susurró tomando el rostro del chico entre sus frias manos reclamando sus labios con los ajenos, separandose despues de un rato para mirarle fijamente.

-no quiero que esa parte que me daña tanto vuelva-

susurró mirandole fijamente.

La rosa blanca se incencio...consumiendose al instante, desapareciendo...su valor ahora seria nulo...habia cumplido lo que queria, hacer desaparecer a Matt.

-gracias...-

susurró mirandole sonriente, cuan niña pequeña con juguete nuevo.

-Destuir a los guardianes de Yuna...a esa bola de estupidos que estan de por medio!!-

Dijo mientras miraba fijamente a su sirviente, sonriendole suavemente.

-tu harias eso por mi verdad querido?-

cuestiono acariciandole la mejilla.

---Por usted, lo que sea Sumire-sama.

Sonrió sádicamente.

---Cuál quiere que sea el primero de ellos?

Volteó un momento creando una única imagen suya.

---... Solo una?... que lástima... ve por la guardiana de Yuna...

Volvió a ver a su diosa dudoso, había pensado en crear tres imágenes pero solo había podido crear una.

Se separó de ella dándole la espalda.

---Bien, ahora que tengo mis poderes de regreso, me voy; llámeme cuando necesite de mis servicios.