Odio y otras cosas bonitas [Libre]

-Kufufufufufu... - La extraña risa de aquel peregrino resonaba entre los árboles casi confundiéndose con el viento. Aiden había ido a parar a un extraño bosque del cual no se sabía mucho según los libros que había leído y ésto llamó su atención, el mago quería saber que clase de criaturas vivían allí.

Avanzaba con determinación a través de los matojos, que, debido a su baja estatura, llegaban a taparle por completo dificultando su avance.

- ¡ESTÚPIDOS MATORRALES INÚTILES! ¡MORID! ¡DEJAD DE REÍROS DE MI ESTATURA! - Gritó Aiden para luego causar explosiones a su alrededor destruyendo los matorrales que le impedían caminar libremente, por alguna razón los arboles, las flores y lo demás que no fueran arbustos quedó intacto, al parecer los objetivos de su magia eran muy concretos.

Después de despejar el camino siguió andando sin rumbo fijo.

- Todos merecéis la muerte y lo sabéis, no, no me mires así querida amiga. - Dijo hablando con una ardilla que veía a lo lejos mientras se acercaba a ésta. - Sabes que reírte de mi no es algo que puedas hacer cuando quieras, tu y todos tus amiguitos que hablan de mi a mis espaldas moriréis entre terribles sufrimientos. - Dijo mientras señalaba con un dedo hacia la ardilla. - Es hora de que pagues por todo lo que has hecho. - Así, esbozó una sonrisa y lanzó un oscuro rayo de energía hacia la ardilla, la cual se desintegró lenta y dolorosamente una vez éste le alcanzó.

- Así aprenderás. - Fueron sus únicas palabras después de sus actos. No había razón alguna para lo que hizo, pero su demencia no le dejaba otra opción, ya él no controlaba lo que hacía, ni si quiera sabía ya exactamente quien era, lo único que sabía era que tenía que dominar el mundo y acabar con todas las atrocidades matando a todos aquellos que las provocan.

Aiden siguió caminando hasta llegar a un claro desde el cual se podían apreciar las nubes y el sol ascendiente, allí se sentó y dejó que la brisa removiera su sombrero, cerró los ojos y esperó.

Off: Bien, tiempo suficiente, nadie contestó así que me haré del permiso y tomaré este tema~ Espero no te moleste~~~

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Off: Tranquilo, estaba esperando a que alguien respondiera no importaba quien xD.

Aiden se sobresaltó y se sujetó el sombrero con su mano izquierda para que no se le cayera de la cabeza, la cual luego giró para mirar al extraño fríamente. Entonces golpeó el suelo con el bastón e hizo que una onda sonora se expandiera a su alrededor, era como un aviso para que el extraño no se acercase demasiado. Al parecer, éste estaba interesado en sus poderes o en su forma de ser y le parecía bien lo que había hecho con la ardilla y los matorrales, entonces separó el bastón del suelo y se lo colocó sobre las piernas.

- ¡POR SUPUESTO QUE SOY ASOMBROSO! - Después de aquel grito, Aiden chasqueó los dedos y sobre él empezaron a formar letras las cuales escribieron su nombre. - Me llamo Aiden. - Después de decir ésto volvió a mirar al frente casi ignorando la presencia de Weiss, así estuvo un rato, esperando a ver si su compañía decidía irse, pero no fue así, al parecer Weiss no tenía ninguna intención de marcharse del lugar.

-¿Y qué haces tu aquí?- Dijo las palabras casi con rabia, aunque todas sus frases sonasen así, muy pocas querían transmitir ese sentimiento.

La mente de Aiden comenzó  a divagar sobre el nuevo personaje mientras se ponía cada vez más nervioso a causa de sus propias alucinaciones y su vista se empezaba a nublar mientras ceñía cada vez más el entrecejo. Hasta que explotó. Aiden se giró hasta quedar cara a cara con Weiss. - ¡TE PARECERÁ BIEN INTENTAR ATACARME POR LA ESPALDA! ¡QUIERES MATARME! ¡DEBÍ HABERLO SABIDO EN EL MOMENTO EN EL QUE APARECISTE! ¡AHORA TE MOSTRARÉ LO QUE ES EL DOLOR! ¡PREPÁRATE PARA SER ANIQUILADO POR MI! ¡AIDEN ROWEL! - Después de decir éstas palabras, el mago apuntó a Weiss con su bastón y una bola eléctrica oscura empezó a formarse en ella, creciendo cada vez más. Quien sabe lo que hizo que Aiden llegase a esa situación, su mente es tal desorden, que ni los más cualificados son capaces de leer su mente. Obviamente no había pasado nada, pero la demencia le había hecho pensar que el muchacho que tenía enfrente quería matarlo por la espalda y eso había desatado en el mago una rabia muy espontanea.

- ¡AHORA MUERE! - Gritó para luego disparar aquella esfera oscura hacia su adversario, luego de ésto se giró y comenzó a reírse como un loco sin parar, unos segundos después se sentó y olvidó por completo todo lo que había pasado, se olvidó de la esfera que había lanzado, entonces miró hacia su alrededor buscando a Weiss.

- ¿Y tú que haces aquí? -

Aiden observó como Weiss se sentaba a su lado y empezaba a hablarle de cosas raras que el no recordaba haber hecho.

- ¡JÁ! Sé que soy genial, pero ¿de qué bola me hablas Weiss? - Preguntó el mago con un rostro impasible, para luego seguir escuchando la cantidad de cosas que el muchacho le decía. - Tampoco es como si pudieras matarme. - Comentó en un momento de la conversación. Parecía que Aiden estuviera atendiendo a todo lo que el muchacho le decía, pero en realidad su mente solo entendía o quería entender algunas partes de la conversación. Entonces escuchó la pregunta del muchacho.

- No lo sé, no me acuerdo por qué vine aquí, pero tampoco te lo diría, aunque seguramente sería para matar a alguien o algo, pero no te lo diría definitivamente. - Dijo sin ningún tono sarcástico, el mago hablaba en serio, no se percataba que efectivamente le estaba diciendo el motivo de su llegada al bosque encantado, o al menos, el que el creía que era y en el que se centraría a partir de ahora, aunque ese algo o alguien ni siquiera exista.

- De todas maneras yo pregunté primero Weiss, así que responde. - A pesar de que el chico le había contado que estaba jugando al escondite, Aiden no había prestado atención a esa parte de la conversación, así que ni si quiera lo recordaba.

Después, el mago comenzó a jugar con su bastón dibujando cosas en el suelo, la mayoría eran cosas sin sentido, pero entre todas ellas, se podían diferenciar a gente muerta, cabezas cortadas y lo que parecía ser una puerta muy pequeña, cosas que Aiden había vivido pero que su consciencia no recordaba.

- Cuando el mundo destruye todo lo que tienes, solo te queda disfrutar de los llantos ajenos, ¿verdad Luciana? - Dijo el muchacho mirando al horizonte.

Aiden se quedó callado y cerró los ojos con fuerza a la vez que apretaba la mano con la que sujetaba el bastón cada vez más, entonces, una extraña ráfaga de viento ascendente empezó a rodear al mago, y segundos después algunos rayos negros comenzaron a rodear a Aiden hasta que éste gritó fuerte, tan fuerte que casi rasga su propia garganta. Entonces todo paró y Aiden se levantó con firmeza para echar a andar en una dirección, ese nombre, Luciana, sumado a las últimas tres preguntas de Weiss habían causado en el mago una extraña reacción, pisaba con fuerza a su paso haciendo que la hierba, insectos y pequeños animales que estuvieran demasiado cerca de él murieran, dejando un camino de muerte a su paso, el mago se adentró en el bosque sin objetivo alguno.

Estuvo un rato caminando sin darse cuenta si Weiss le seguía o no, tampoco intentaría detectar su presencia, puesto que estaba muy ocupado... Haciendo... Porque el creía estar muy ocupado. Su marcha no aminoraba, es más, cada vez caminaba más rápido, y cuanto más rápido caminaba, menos cosas a su alrededor morían, era un comportamiento muy extraño.

- Bien... Una vez he observado que aquí no se encuentra ésta planta yo... - Dejó de hablar y se concentró para crear una especie de platillo de energía en el que se subió y comenzó a volar, pero antes de hacerlo miró a su alrededor en busca de Weiss.

- Oye demonio, ¿de verdad quieres aprender la magia oscura? -

Spoiler:

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