~ Se alquilan habitaciones ~ [Grupal]

Alterne la vista varias veces del cartel que indicaba la dirección de la gran mansión hacia el pequeño y arrugado papel en el que se encontraba la dirección del supuesto lugar en donde podría hospedarme.

-Este no puede ser.- Fruncí el ceño volviendo la vista al extenso terreno para luego divisar por el rabillo del ojo otro papel en el que confirmaba aquello, que en ese lugar se buscaban inquilinos.

Tome mi maleta con ruedas que había conseguido hace poco y pase el portón yendo por un camino de piedras prolijamente ubicadas y ya estando frente a la puerta golpeé con mi puño esperando a que alguien me abriera la puerta.

Unos minutos después y nadie llegaba, por lo que suspire y me recosté contra la puerta la cual cedió fácilmente haciendome caer de espaldas contra el piso de la gran mansión. Rápidamente me levante y recogí mi maleta preparándome para disculparme con el dueño pero no había nadie allí, di un paso al frente y al parecer la casa se encontraba vacía.

- ¿Hola? -

Me cuestione si quedarme afuera o permanecer dentro, pues estaba invadiendo un lugar ajeno pero me encogí de hombros, cerré la puerta y me moví hasta una gran y hermosa sala, donde sobre un sillón se encontraba una maleta. Observe alrededor pero no se encontraba nadie por lo que deje mi equipaje en el suelo y me dirigí a unas grandes cortinas las cuales corrí para encontrarme con un gran ventanal que cubría toda una pared, el paisaje me regalaba un tranquilo día nublado. Me volví por la sala y ví una equipada cocina a la cual rápidamente me dirigí, donde recogí un paquete de galletas para luego echarme desde el sillón a contemplar el lugar y a esperar que tarde o temprano llegara el dueño de tan lujoso lugar.

Crow llevaba su pequeña maleta a rastras mientras se dirigía hacia el lugar de destino, haber alquilado una habitación con gente extraña de pronto no le pareció tan buena idea como al principio, se preguntó que clase de compañero de piso tendría y empezó a imaginarse a hombres lobos y otras criaturas. Sería una experiencia interesante, pero le costaría acostumbrarse si de verdad se trataban de criaturas un tanto hostiles. Entonces llegó a lo que sería la puerta principal de aquella gran casa, la verdad es que era más grande de lo que había pensado, incluso demasiado lujosa, Crow esperaba que su cuarto no fuera nada del otro mundo. No le gustaba demasiado vivir en el lujo, le hacía recordar al tiempo en el que no tenía que hacer nada.

- Bien... Aquí es... - Dijo el mago mientras tocaba la puerta a la espera de respuesta, una respuesta que no llegaría. - Maldita sea, pagué por adelantado por correo, a mi no me tima nadie. - Añadió mientras empezaba a volar hacia el techo de la casa buscando alguna chimenea. Para su suerte, la encontró casi al instante.

El mago se preparó para bajar por ella, miró hacia el fondo y observó la ausencia de fuego, por lo que sería bastante seguro, así que apoyó su espalda en un lado y sus pies en otros y empezó a descender poco a poco. Observó como algunas cenizas caían deseando que nadie las estuviera viendo por si se daban cuenta. Siguió bajando hasta que por alguna razón su pie resbaló haciendo que Crow cayera hasta el fondo rodando fuera de la chimenea hasta acabar frente a un sofá más bien moderno. Se rascó la cabeza mientras se quejaba un poco, su plan ninja había fracasado y ahora estaba expuesto.

Inmediatamente miró hacia arriba y se llevó una sorpresa al ver con que cara se había encontrado.

- ¡Gianny! - Gritó el mago mientras sonreía. - ¿Qué tal? ¿Eres tú la dueña de todo esto? - Terminó de hablar.

Miró a su alrededor, la estancia era bastante bonita, desde donde se encontraba se podía observar una terraza y la cocina, además de unas escaleras que suponía que llevaban a las habitaciones. El mago se limpió la cara de restos de ceniza y con un poco de agua y magia limpió el desastre que había causado en la chimenea. Entonces se percató de la tercera maleta que se encontraba ahí.

- ¿Y esa mochila? ¿Quién más está aquí? -

No habían pasado mas de cinco minutos cuando llegué a escuchar un extraño sonido que encontré proveniente de la chimenea. Lentamente me levanté, creyendo que tal vez algún mapache se encontraba viviendo en el lugar pero un momento después alguna clase de criatura cayó de esta quedando frente a mi.

-¿Que diablos?- Exclamé, preparándome para defenderme del polvoriento ser cuando pude reconocer esa brillante sonrisa y luego el rostro del chico manchado por la ceniza. -¿Crow?- También le sonreí al ver que el me reconocía.

-No, yo acabo de llegar... Encontré un aviso sobre alquileres y bueno, estoy esperando al dueño.- Contesté y alcé una ceja mientras le miraba limpiarse -No creo que el dueño entre por la chimenea, ¿acaso estabas pensando en robar el lugar?- Ladeé mi cabeza, pero solo estaba jugando. No creía que el chico fuera a robar, pero en caso de que sí lo planeara, pues el tendría que aprender a ser mas sigiloso.

-Hmm.- Observé la maleta en el suelo, pero antes de poder contestarle al mago alcé la vista buscando el origen de unos gritos femeninos que obviamente no eran de Crow.

Reconocí a la chica quien al parecer también conocía a Crow, pues toda su atención -y gritos- se dirigían al chico.- ¡Ahiru!- Exclamé alzando mi mano en modo de saludo y tomando algo de distancia del mago que estaba por recibir algún ataque. -Bueno, yo estaba esperando al dueño de lugar, pues pensaba hospedarme aquí. Supongo que tu eres la dueña, eso o eres la encargada de la limpieza- Volví a ladear mi cabeza riéndome extrañada por encontrarme con dos conocidos en un mismo lugar.

Antes de volver a sentarme y posar mi cabeza sobre una de mis manos, dirigí mi atención al pequeño rastro de ceniza que había dejado Crow sin limpiar y con un poco de magia lo barrí, también quitando las migajas que dejé en el sillón por culpa de las deliciosas galletas. -¿Ustedes también se conocen? Supongo que seremos algo así como compañeros de piso.. Qué bueno que no seamos del todo desconocidos.- Reí observando a ambos magos, preguntándome si su relación era algo conflictiva y en si sería algo de que preocuparme en mi estadía en el lugar.

Crow observó como Ahiru se preparaba para lanzar un hechizo hacia él e inmediatamente se levantó prendiendo su cuerpo en llamas mientras algunos rayos atravesaban su ropa. Algo había hecho que Crow se enfadara.

- ¡EH! ¡LO QUE YO HE ENSUCIADO, LO LIMPIÉ! Así que no me vengas con esas. - Dijo mientras apagaba su cuerpo. Luego de eso se dio cuenta de lo que ocurría. - ¿Entonces voy a ser compañero de casa vuestro? - Preguntó mientras miraba a ambas una después de la otra. La verdad es que la entrada de Ahiru le había alterado bastante, ella siempre era tan agresiva... El mago se giró y cogió su maleta para luego emprender su viaje hacia las escaleras.

- Voy a acomodar mis cosas... - Dijo para luego llegar a su habitación. Era genial, pequeña y cómoda, tenía una litera y justo al lado una ventana, debajo de la cual, había un escritorio bastante amplio donde podría hacer diversas cosas. Por último, nada más entrar, a la derecha, había un armario donde guardaría sus cosas.

No tardó mucho en acomodar la ropa y demás, puesto que tampoco traía consigo demasiadas pertenencias. En su escritorio, colocó una pequeña caja, dentro de la cual había un colgante con una gema negra. Luego tuvo una vista panorámica de toda la habitación y sonrió para sí mismo, era la mejor habitación que podría desear.

Más tarde bajó las escaleras de nuevo para encontrarse el salón vacío, suponía que ambas chicas se habían ido a sus respectivos cuartos a instalarse, si no era eso, no tenía ni idea. Pasó por la cocina para buscar algo de picar, y encontró su comida favorita, galletas con chips de chocolate, cogió un par de servilletas para no manchar el piso de migas y que Ahiru no le matara por ello y se dirigió hacia el salón para echar un vistazo, no estuvo allí mucho tiempo pues ya sabía como era, pero se percató de la lujosa televisión que había en la estancia, además de varios cuadros en las paredes que no había visto antes, luego fue hacia donde su atención más se dirigía. Se acercó a la terraza y subió la vista al cielo. Tenía un color hermoso, y en lo alto, unos pájaros revoloteaban, entre ellos estaba Hope. Una sonrisa se dibujó en el rostro del chico, el cuál se quedó allí un rato.

Alcé una ceja ante el comportamiento del mago y contuve mi risa después del ''berrinche'', aunque luego me pregunte a mi misma si quizás el rastro de suciedad lo hubiese ocasionado yo sin haberlo notado. Me encogí de hombros y acepte la bienvenida, mientras Crow se alejaba dramáticamente a las escaleras para seguramente buscar de una habitación. Luego, con ayuda de Ahiru me dirigí por el mismo camino que el mago al pasillo del primer piso para elegir la habitación en la cual me quedaría; El lugar era amplio y al encontrarme con tantas puertas me pregunte por cuál empezar.

- Gracias por tu ayuda, Ahiru.- Le otorgué una reverencia antes de que se marchase y me dedique a husmear en un par de habitaciones, terminando decidir por una la cual creí perfecta para mi. Lancé mi equipaje adentro y rápidamente me dirigí al balcón que poseía, desde el cual podía observar el amplio patio y donde allí logre ver a Ahiru haciendo los labores de jardinería.- Hmm... Se lo agradeceré de alguna forma.- Susurré para mi misma y volví bajo techo para acomodar mis pertenencias por la amplia habitación y mis prendas en el armario.

Justo después de terminar me tumbé en la cama y me dediqué a hacer nada, pasaron algunos minutos y no hacia mas que rodar en el lugar. La televisión no tenia señal así que aburrida me dirigí a la repisa donde descansaban algunos cuantos libros, recogí uno con recetas de cocina e inmediatamente me surgió una idea.

- ¡Ya sé como agradecerle!- Salté en el lugar entusiasmada por cocinar algo rico para cenar y bajando de dos en dos los escalones de la casa corrí hacia la cocina. Pensaba que tal vez le podría agradecerle esa forma la otra chica por permitirles hospedar en su mansión. Y ya en la cocina, remangué mi camisa y me concentré plenamente en terminar una rica cena para nosotros tres.

Suspiro fuertemente mientras mentalmente me pregunto que ha sido ese endemoniado ruido, espero que los vecinos no sean muy ruidosos~~ Bajo de la rama en la que me encuentro transformandome de nuevo en mi y dejando de ser ese molesto animal, me volvio a ocurrir lo de siempre no cuide la hora. Recojo mis pocas pertenencias (un cuaderno, unos lapices en su mayoria rotos, unas gafas torcidas y una gorra maltrecha) y aviso a Emo de que es la hora, entonces con un leve bostezo me dirijo a la puerta. LLamo mientras me froto uno de mis ojos, todavia tengo sueño pero si no me doy prisa me quedare sin habitación~~~~

¿Que fue eso? ¿Un grito? Suspiro molesta cuando alguien abre la puerta.

-Buenos... ¿dias? ¿o es ya recién entrada la noche?-vuelvo frotarme los ojos- Me gustaria hablar con el dueño de la casa si no es mucha molestia, me gustaría hospedarme aquí, ya pagué por adelantado.-Suspiro levemente- quizas sea por el sueño pero, ¿no nos hemos visto antes?

Crow escuchó como llamaban a la puerta y al ver que nadie iba decidió ir por si mismo, caminó por el pasillo, una caminata que la pareció eterna, pero al fin llegó a su destino, se paró frente a la puerta principal y la abrió de par en par para luego quedarse boquiabierto. Ante él se encontraba una muchacha bastante delgada y pequeña, con un pelo negro lacio y largo. La reconoció al instante.

- ¡Lelouch! Eres tu la cuarta persona... - Dijo mientras se quedaba pensando, entonces en un acto de caballerosidad muy poco frecuentes en Crow, el chico hizo una reverencia e invitó a pasar a la muchacha. - El salón está al fondo de este pasillo. - Dijo para terminar.

Luego de esto caminó tras ella hasta llegar al salón, una vez allí le explicó lo de las habitaciones y le indicó que fuera a elegir la suya y que se instalara ya que pronto sería hora de cenar y en ese momento todos tendrían una charla para dejar claras las normas y otras cosas de la casa. Poco después volvió a quedarse solo en el salón.

El chico comenzó a pensar en sus cosas y en como sería su estancia en esa casa, ahora que Ahiru estaba ahí todo se complicaría y estaría recibiendo tratos hostiles todo el día, a no ser que ocurriera algún milagro. El chico suspiró mientras su estomago rugía, así que decidió ir a la cocina a preparar la cena y una vez llegó se encontró con que Gianny y  Ahiru se le habían adelantado, aún así entró y se ofreció para ayudar en alguna tarea. A pesar de ser como él era, le gustaba ser útil en el hogar.

Me encontraba revistando los ingredientes disponibles en la cocina cuando escuche el timbre aunque no le presté atención esperando a que alguien más se encargara de ello. Observé dentro del refrigerador los alimentos e ingredientes disponibles y me planteé salir al día siguiente a hacer algunas compras.

- Oh.. me has asustado.-  Suspiré al escuchar a Ahiru entrar en la cocina y volví la vista al refrigerador. No se encontraba vació, pero me faltarían algunos ingredientes para lo que planeaba. - Hmm, sí, pensaba en hacer pasta pero no hay... déjame pensar.-

Tomé una tabla de cortar y un cuchillo mientras trataba de pensar en algo para los tres, mientras a lo lejos me parecía escuchar una conversación, seguramente Crow había atendido a la puerta. Escuché la idea de Ahiru y sonreí pues me parecía genial; hacía mucho que no probaba una aunque si sabía prepararla.

- ¡Pizza! - Exclamé en aprobación a la propuesta de Ahiru y volví al refrigerador para tomar algunos ingredientes para comenzar a cocinar. - Sé como prepararla, no será mucho problema.. ¿Te molestaría picar estos pimientos?.

Los coloqué junto a la tabla de picar y me recogí el cabello antes de comenzar con la masa cuando escuché a Crow acercarse y ofrecer su ayuda, así que le pregunté si podía encargarse de preparar los platos y vasos, si no le parecía una molestia. Observé por el rabillo del ojo a Ahiru y por alguna razón la imaginé amenazando al mago con el mismo cuchillo para picar pero rápidamente despeje esa imagen de mi mente; no quería comenzar a reír como una loca en medio de la cocina.

- ¡Prepararemos pizza! - Canturreé y prendí el horno antes de comenzar a mezclar algunos ingredientes para formar la masa. - Así que.. ¿Quien toco a la puerta, Crow?.- Alcé un poco la voz esperando que el mago me escuchara.