Un día de descanso.

Tras absorber la niebla y convertirla en un tornado de fuego, Crow en forma de fénix descubrió que Ahiru no le había descubierto, todo era perfecto. Vio como empezaba a huir encima de su Hipogrifo, entonces rió para sus adentros y mezcló su propio fuego con viento para coger más velocidad, llegó a su limite cuando cogió también un poco de las aguas termales para intentar golpear de nuevo al Hipogrifo, segundos después, se lanzó contra ella a toda velocidad, las llamas se intensificaron y Crow absorbió el tornado de fuego que había creado.

- Es hora de mi golpe final. - Dijo Crow, tanta energía era difícil de controlar, y a tanta velocidad... Fue directo hacia su presa.

- Sorpresa golondrina, dijo cuando se había acercado lo suficiente. - Todo el fuego a su alrededor lo compactó en su mano y lanzó agua al Hipogrifo, un último golpe, un puñetazo tan ardientes como los sentimientos que ahora afloraban en Crow.

Sonrió y estiró la mano para golpear a Ahiru, sea como sea, era su golpe final, y sabía que ella también estaba en su limite, así que no habían trucos en la manga, la batalla acabaría ahí, o usaba su planta para defenderse, o se dejaba golpear, fuera cual fuera el resultado, ambos acabarían mal parados.

Crow acabó de pie a unos metros de Ahiru, observó como esta aun luchaba contra el cansancio. Inmediatamente se sentó. Hurgó de nuevo en su bolsillo y sacó un frasco con un liquido transparente dentro. El lado amable de Crow salió, le lanzo el frasco a Ahiru.

- Lagrimas de Fénix. Tomalas, has ganado, me rindo.- Dijo el chico mientras se acostaba boca arriba mirando al cielo. Estuvo así un rato, que se convirtió en una eternidad.

Crow sintió las gotas del liquido entrar por su boca, pronto se sentiría mejor, las lagrimas de fénix eran bastante potentes. Observó a Ahiru, quien se había quedado dormida contra el tronco. Se rió para sus adentros, se levantó, se quitó la chaqueta y se la puso a modo de manta, luego caminó hacia los balnearios pero se quedó a esperar a que Ahiru se levantara.

- Está bien golondrina, estamos en un empate.- Dijo en voz baja.

Luego se quedó mirando a la chica y sonrió, cuidando de ella mientras dormía.

Crow suspiró y allí se quedó. Al final su día de descanso se había convertido en algo aún más agotador de lo que había hecho los días antes.

El dolor de espalda se hizo presente, el haberme quedado dormida sobre un tronco quizás no fue una de mis mejores ideas. Me removí un poco tratando de estirar los brazos y me di cuenta que llevaba puesto algo que no era mio, voltee a mirar a los lados y me encontre con la mirada de Crow.

-Gracias por el abrigo-

Dije, mientras me levantaba y entregaba en sus manos la prenda. No sabia cuanto tiempo llevaba dormida ni cuanto tiempo el chico llevaba al lado mio. Me fije en los alrededores y pude notar el desastre que habíamos ocasionado durante nuestro encuentro.

-¿Crees que nos digan algo por este desorden?-

Pregunte al mismo tiempo que señalaba hacia el caos formado.

Crow cogió la prenda, y le dedicó una sonrisa a la chica.

- La verdad, no lo creo, esto está abandonado. - Dijo mientras se ponía su chaqueta.

- Ha sido una buena pelea, he de decir, Ahiru, perdón si te molestó que te llamara Golondrina durante el combate, creo que te he puesto un mote sin querer. - Dijo Crow sonrojándose.- Al final mi día de descanso acabó siendo un día agotador. - Dijo riendose.

Estaba feliz, no sabía por qué, pero lo estaba, silbó muy fuerte y un Cuervo se acercó hasta el lugar posandose en su cabeza.

- ¿Qué tal estás Hope?- Dijo acariciándole la cabeza al cuervo.- Te presento a Ahiru, una amiga, Ahiru, te presento a Hope, mi mascota.

Crow se percató como la chica se acercaba a él. Y le hizo feliz el ver como esta le ofrecía un bocadillo a su mascota. Su nueva compañera le hacía feliz.

- No te preocupes por lo de mi día de relax, quizás hayas hecho mi día mejor y todo.- Dijo Crow riendose.

Había aprendido que Ahiru era bastante poderosa y le había parecido bastante simpática. Y encima le había gustado el mote que le había puesto.

- Oye Ahiru, Golondrina, seremos buenos amigos, ¿verdad?- Le dijo Crow ofreciéndole una cara bastante simpática aunque torpe. No se le daba bien hacer muecas.

Entonces de fondo se escuchó un croar de rana y a Crow le entró un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, giró y efectivamente, se encontró con una rana que le miraba desde cierta distancia. El chico gritó y se puso detrás de Ahiru.

- Por... ¡Por favor! ¡No dejes que se acerque! - Dijo Crow como un niño asustado.

Me alegraba saber que había disfrutado tanto como yo este día. Consideraba que el chico podría ser uno de los mejores magos que conocía. Estaba claro que mi meta era conseguir aliados para completar mi misión, pero considerar a Crow como un amigo... No estaría mal.

-Claro, siempre y cuando no trates de incinerarme-

Dije en un tono burlón, el chico era bastante alegre y amable, pero cuando las cosas iban en serio, se podía transformar en un temible adversario. Luego, escuche el sonido de una rana croar a lo cual no le tome importancia, sin embargo, no podría decir lo mismo de mi nuevo amigo.

-Crow... ¿Que estas haciendo?-

El chico se había refugiado en mi espalda huyendo del pequeño animalito. Me acerque a la criatura y la tome en mis manos. Era una pequeña ranita de color verde manzana y con unos ojos color rojo, era de verdad preciosa.

-No me digas que le tienes miedo.... ¿a esto?-

Le dije, mientras estiraba mi mano con la pequeña ranita hacia el.

- ¡Aleja a esa criatura horrible de mi! - Dijo Crow sollozando. - Cuando era pequeño unas ranas me atacaron el día de mi cumpleaños destruyendo la tarta y otras cosas, desde entonces no puedo ni verlas.- Dijo acurrucándose en sus rodillas mirando a Ahiru con ojitos de cordero degollado.

El chico le tenía un auténtico pánico a esa criatura, podría llegar a desmayarse si se le acerca mucho una de ellas.

- Puedo llegar a hacer locuras si muchas de esas me rodean... - Advirtió a Ahiru.- Por favor Golondrina, aparta eso de aquí, no hagas de mi día un mal día, lo había pasado muy bien contigo pero no me hagas esto.- Suplicó Crow.

Se quedó allí agazapado mientras observaba a su amiga.

-¿Tarta...?-

Así que era eso. El chico tenia un trauma con estas pequeñas criaturas por estropear su... ¿comida?. Realmente mi nuevo amigo era algo extraño. Pude observar como suplicaba pidiendo que alejara la pequeña rana de el, advirtiéndome de que podría perder el control si esta se le acercaba más.

-Tranquilo, es solo una linda ranita, es más, creo que la llamare...Lily-

Dije, bautizando a mi nueva mascota. Intentando así calmar su nerviosismo, pero de repente surgió una idea un tanto malévola por mi cabeza. Ya me encontraba recuperada de la batalla anterior y como el día se estaba haciendo largo... que mejor manera de matar el tiempo ayudando a mi nuevo amigo a superar su trauma.

-Crece-

Pronuncie mientras arrojaba una de mis cartas sobre Lily. De un momento a otro la pequeña ranita era del tamaño digno de un gigante. Me subí a su cabeza y fije mi vista sobre Crow.

-¡Es hora de que superes ciertas cosas!-

Grité, mientras le sonreía a este.

Crow observó atemorizado como la rana crecía ante el, sentía como si Ahiru le estuviera traicionando pero sabía que solo quería ayudarle. Pero no pudo aguantarlo y perdió el control. Su cara dejó de ser de miedo, pasó a una cara seria y sombría, sus ojos no miraban a ninguna parte. Se levantó e inmediatamente, electricidad empezó a recorrer sus puños y sus ojos se encendieron en llamas.

El chico permaneció en el sitio, inconsciente, su mente había activado el mecanismo de defensa y esperaba un movimiento aparentemente ofensivo de la rana o de Ahiru para empezar a actuar.

No solía ocurrir esto, Crow solía mantener el control de este mecanismo, como hizo en la pelea con la maga. Pero una rana gigante había sido demasiado.

Tal vez me había sobre pasado un poco, sin embargo, no iba a dar vuelta atrás. Una vez más, utilice mi hechizo de cambio de entorno mientras sostenía una de mis cartas sobre mi boca y nariz.

-Estanque-

Ahora nos encontrábamos sobre un estanque gigante con hojas y flores flotando sobre este. Ordene a Lily sumergirse dentro de el, ya que mi carta me proporcionaría oxigeno. Dentro de este, sus poderes de fuego no surtirían efecto. Sin embargo, tenia que protegerme en caso de que utilizara cierto tipo de ataque. Lance dos cartas las cuales se adhirieron sobre nosotras.

-"¿Ahora que vas a hacer mi querido amigo"-

Solo me quedaba esperar.

No pasó nada cuando cambió el entorno, pero cuando esta se hundió todo se activó. Crow metió las manos bajo el agua y empezó a cargar energía eléctrica para dar un estallido que afectara a todo el lago. Como no tenía consciencia, no había limites, así que se puso a cargar todo el poder que pudo, llegando incluso a quemar su piel con la electricidad.

Mientras cargaba, las llamas en los ojos apuntaban hacia Ahiru, esperando a cualquier movimiento aparentemente ofensivo. Crow acabaría con cualquier ser que le podría hace correr peligro, y no había límites en su poder, salvo el agotamiento de energía mágica.

Y allí se encontraba, a punto de descargar toda la electricidad acumulada en el lago. Y vigilando los movimientos de la maga.

Crow se despojó de la electricidad y observó como muchísimas ranas aparecían, esto iba cada vez pero, más ranas harían que Crow se descontrolase más, miró a Ahiru, quien se estaba acercando, movió sus manos y produjo una corriente de agua para evitar que esta se acercara más, aumentando cada vez más la fuerza de esta. Después de esto, cambió de idea y la corriente empezó a ir hacia el. El chico se metió en el agua y empezó a atraer a la muchacha con la corriente y adelantó una mano (izquierda) apuntando hacia ella cargándola con fuego. Había detectado a Ahiru como una amenaza, lo único que se podía esperar es que la maga consiguiera despertar al chico de su trance.

Poco a poco la chica se acercaba a Crow, que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.

Crow salió volando por los aires con la explosión y no hizo nada frente a las lanzas de hielo que se clavaban en su mano y brazo izquierdo. Poco a poco, las llamas en sus ojos se fueron apagando, y el chico empezó a caer desmayado.

Cayó dentro del lago y no se movió. Su mente empezó a reaccionar y abrió los ojos pero siguió sin moverse, un dolor le paralizaba, miró su mano izquierda y la vio atravesada de varias lanzas de hielo. Se sorprendió.

" ¡Ahiru!" Pensó Crow muy alterado. "¿Le habría hecho daño?" El chico luchó contra el dolor y nadó hasta la superficie. Se tranquilizó cuando se dio cuenta de que no estaba en el balneario. "Una carta de entorno, Ahiru estaba bien..." Entonces el chico empezó a flotar boca arriba en el agua, más tranquilo que nunca.

El chico seguía flotando en el estanque, pero en cuestión de segundos, todo cambió y volvió a encontrarse en el balneario.

"En estos momentos maldigo el sistema de defensa que me impuso mi madre adoptiva" Pensó el mago para si mismo. "¿Y si le hubiera hecho daño a Ahiru? Nunca me lo perdonaría" Siguió en sus asuntos mientras producía calor en su mano izquierda para eliminar las lanzas de hielo, el dolor era brutal, pero podía soportarlo. Entonces algo le sorprendió. Se incorporó y miro al frente. Vio a Ahiru vestida de verde imitando a una rana. El chico empezó a reir a carcajadas.

- Pero ¿qué haces?- Dijo Crow mientras se acercaba a la chica. - Estás loca.

Crow se acercó hasta estar frente a ella. Luego la abrazó.

- Me alegro de no haberte hecho daño, y gracias por la "ayuda".- Dijo el chico. - Pero con ese traje no conseguirás nada.

Noté como se levantaba luego de eliminar los rastros de hielo aun impregnados en su brazo, era un alivio escucharlo reír ya que al parecer no estaba molesto por lo que hice. De pronto sentí una vergüenza enorme al recordar mi actuación y escuchar como esté se burlaba de ella, trataba de actuar lo más calmada posible para que no lo notara.

-"Por favor kami.... has que me trague la tierra"-

De repente sentí como el mago me rodeaba con sus brazos para luego abrazarme mientras se alegraba por verme en buen estado. Si antes la vergüenza era grande, pues ahora era enorme y de seguro mis mejillas no tardarían en tornarse rojas, aunque por los momentos, no quería soltarme de su agarre.

-Por lo menos... lo intente-

Mencione algo apenada, si bien el disfraz no serviría para curar el trauma, por lo menos me ayudaría a hacerlo reír. Luego recordé un pequeño detalle el cual seria prudente mencionarle antes de que ocurriera otro incidente.

-Sabes... Aun lily está sobre mi cabeza-

Mencione mientras alzaba la vista hacia Crow.

Crow abrió los ojos y vio a la rana frente a él, no reaccionó, pero si que se asustó, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, pero no se apartó de la maga.

- Estoy haciendo el esfuerzo para darte las gracias y poder abrazarte, no me recuerdes que tengo una rana a menos de veinte centímetros ¡Duh!

Escuchó a la rana croar, le era difícil ignorar al animal pero bueno, estaba muy a gusto ahí. Notó como Ahiru enrojecía y el chico se apartó lentamente.

- También me alegro el no haber hecho daño a tu mascota Lily. Aunque no lo parezca.- Dijo mientras intentaba sonreír torpemente mientras seguía soltando a la maga.- Supongo que tendré que acostumbrarme a ella, ¿verdad?- Preguntó un poco nervioso.

Era gracioso escuchar sobre el sacrificio que hacia para poder acercarse a la criatura, en esos momentos Crow parecía un pequeño niño asustado en vez de un temible mago, como ya me había demostrado.

-"Quizás.. si le doy una paletita se calme"-

Reí para mis adentros. Cuando finalmente se apartó tome a lily y la pose otra vez en el suelo. Ya había formado un pacto con la pequeña ranita de manera que podría invocarla cuando quisiera, pero ahora era libre de seguir su camino, sin embargo la rana no se quiso apartar de mi lado.

-Al parecer..la seguirás viendo durante un tiempo-

Comente mientras llevaba una de mis manos a la cabeza, al parecer Lily se había encariñado conmigo. Me agache para acariciarle y sin previo aviso mi estomago comenzó a hacer ruido, solo alcance a esconder mi avergonzada cara entre mis rodillas y esperar a que Crow no hubiera notado el extraño sonido.