Después de la lluvia, no viene mal mojarse un poco más (Privado)

Estaba caminando sola por el campo después de que hubiera llovido, estaba empapada y tenía un poco de frío, así que camina con los brazos cruzados sobre mi pecho. Pero de pronto, vi una casa de aguas termales, se me iluminaron los ojos y pensé "¡Genial, agua caliente!" salí corriendo en dirección a las aguas, mientras me olvidaba por un momento el frío. Me desnudé lo más rápido posible y me metí en el agua de un salto.

Ahh...que calentita.

Decía de forma chibi

Después de nadar durante un rato, me percaté de la presencia de alguien más en aquellas aguas. Miré a todos lados hasta que pude ver un chico.
En un principio me quedé de piedra y pensé "¿Esto no serán los baños mixtos, verdad?" dirigí mi mirada al cartel de la puerta, en el que ponía claramente y en mayúsculas además "BAÑOS MIXTOS"
Como era de esperar metí la pata otra vez, así que intenté esconderme lo mejor que pude para que no notara ni siquiera mi prenséncia "O puede que ya la haya notado" recapacité.
Fuera como fuera, me escondí igualmente.

¿Co-cómo pudiste encontrarme?

Pregunté tartamudeando un poco, pensé apenada "¿Tan mal me encondo?". Aunque no le di demasiada importancia. Intenté hacercarme a él pero la vergüenza pudo más conmigo y me quedé petrificada.

Me sonrojé notablemente al mirar como se acercaba a mí, así dirigí mi mirada hacia el agua.
Cuando se sentó a mi lado intenté taparme lo mejor que pude con mis brazos y mirando al lado contrario a donde estaba.

N-no, está bien...

Respiré profundamente y me armé de valor para mirarle a la cara, sonrojada de vergüenza.

S-soy Shi-shiki.

Pude decir, para acabar por dirigir mi mirada al agua nuevamente.

¡No!

Pude decir dejando por fin a un lado mi timidez.

No te vayas... me sentiría sola...

Dije mirandole con ojos de cachorrito.

Después de oir sus palabras sonreí aliviada por haber conseguido que mi compañía se quedara un poco más.

Es que... es la primera vez que me baño con un chico.

Me fijé en sus ojos, unos ojos que daban una sensación profunda y enigmática. Realmente tenía una hermosa mirada, una mirada que me hacia olvidarme de todo menos de aquel instante en el tiempo.

Por alguna razón también me acerqué a el, cada vez más y más, hasta que nuestros labios se encontraron. Por un instante pude sentir el dulce sabor de su piel. Me separé de él despacio y me relamí los labios.

Sabes a cerezas...

Sentí una extraña sensación, me encantaba como su lengua recorría mi cuello, como sus labios ivan al encuentro de los míos, como su piel rozaba la mía. Por un momento olvidé lo que estaba pasando, sólo me podía concentrar en esa sensación. Cuando me apegó más a él me sentí reconfortada, pero me hundí en el agua y buceé un poco hacia delante. Me levanté, quedando de espaldas a él, entonces giré mi cabeza hacia atras para poder mirarle a la cara.

¿Te creés qué te lo voy a poner tan facil? A ver si me pillas.

Y le saco la lengua pícaramente.

Cuando pronunció esa frase no pude evitar imaginarmelo, reí a causa de la imagen que se había formado en mi mente, bajando la guardia.

Jaja, sí, te verías muy gracioso.

Ganaste...

Dige girándome para poder ver su cara. Le dediqué una sonrisa cálida y apoyé mi cabeza en su hombre derecho.

Sonreí.

Aquí lo tienes.

Y le besé, agarrando su cara con mis manos, haciendo que nuestras lenguas jueguetearan en el interior de nuestras bocas.

Me tiene a total disposición...

¿Y quién dice que me arrepentiré?

Y le invité con el dedo índice a que se acercara más a mí.