Un día de diversión

-Oooooh!! Pero que día tan soleado!- *Decía un joven de un aspecto aparentemente no mayor a los dieciocho años estirando sus brazos al cielo. Vestía con prendas holgadas y de color blanco con delicados toques de negro, se veía tan iluminante que era dudoso saber de que raza se trataba y claro, confundía a aquellos que podrían oler su fétido olor a obscuridad.

Estaba tirado bajo la sombra de un frondoso árbol en aquel parque de la fuente, contemplando el cielo mientras que perdía el tiempo. Era claro que su querido hermano mayor lo estaba buscando en ese mismo momento en quien sabe que lugar, pero el juego de las escondidas aun no terminaba y realmente tenia la esperanza de ganar. Pero si era sincero consigo mismo, estaba bastante aburrido y las personas que pasaban por ahí se veían igualmente aburridas, ninguna le llamaba lo suficiente.

El viento soplaba sutilmente, meciendo sus albinos cabellos, él simplemente seguía ahí tirado despreocupado, después de todo, los arbustos que tenía en frente con hermosas flores decorando lo tapaban de la vista de quienes pasaran, que a su vez, le permitía espiar de cierto modo a estos* -Tsk...Destino...por qué no me traes algo bueno para jugar?- *Hablaba consigo mismo sin apartar su mirada de aquella dirección esperando que sus ruegos fueran escuchados*

*Desde su lugar seguía observando fijamente a los humanos caminar y por ahí uno que otro ser camuflajeado. Pero de momento a otro un curioso olor le llamo la atención, se trataba ni más ni menos de una joven de larga cabellera, se veía bastante linda y disfrutaba examinarla de arriba a abajo con su mirada carmín y esa sonrisa traviesa, lo extraño era...su olor...¿Por qué era tan masculino? ¿Por qué no era dulce y delicado como el de una chica? No lo supo, simplemente se quedo ahí, sin quitarle la mirada de encima.

Pudo notar como en veces aquella joven también mantenía sus ojos fijos al albino, lo que le abrió de modo inmediato la curiosidad. ¿Qué pensaba? Se preparo para que en el momento preciso donde no me mirara, ya haya sido por un instante, el demonio desapareció de aquel sitio, sin dejar rastro ni modo de saber si fue una ilusión o ¿un fantasma? Si claro*

-Que buen día hace hoy ¿Verdad?- *Se escucho su delicada voz masculina en el oído derecho de aquel joven, pero de igualmente se desapareció si resultaba girar su cabeza para ver el procedente de aquella voz. Así con el mismo método, ya se encontraba frente a este levantando su falta para ver "su parte intima"* -Lo sabía!!!- *Afirmo bastante divertido gritando al aire sin dejar de mirar aquella parte*

*Recibió el golpe sin ninguna queja alguna, manteniéndose en cuclillas en su mismo lugar y sobándose la mejilla afectada* -Tsk, no pensé que fueras a reaccionar de ese modo- *Eleva sus orbes carmines hacia este para observarlo desde abajo* -Si lo hubiera sabido, seguro que lo esquivaría, tsk…dejara marca- *Hizo gesto de dolor, pero al levantarse simplemente sonrío como si nada ahí hubiera pasado. Se mantuvo a distancia al parecer el chico no querría que se le acercara menos, al haberse presentado de tal forma* -Koy koy! Lo lamento, quería verificar tu masculinidad- *Señala su propia nariz con una sonrisa de medio lado* -A causa de tu aspecto, no podía creerme a mi mismo, era muy dudoso tu sexo, lo sabes ¿verdad? Jajaja- *Rió divertido para tenderle la mano de manera amigable y sonriéndole con sus ojos cerrados* -Soy Weiss y vuelvo a disculparme por, jeje, ver tu ropa interior, Pato-chan-

*A pesar de ser un demonio, su aspecto decía todo lo contrario. Vestía con prendas muy claras y algo holgadas, como si se tratase de una toga o algo así. Era una camisa sin mangas algo larga y un pantalón también algo abierto, ambos con detalles negros. Esto hacía juego con su calara piel, casi blanca como su cabello. Iba sin calzado y con mucho esfuerzo se verían en sus tobillos un par de esposas anchas sin cadena, por su suerte su pantalón le arrastraba* -Entonces ¿Cuál es el nombre de Pato-chan?- *Cuestionó aun con la mano tendida hacia el contrario*

-Si claro, no pareces Naaada una chica- *Dijo con todo el sarcasmo en sus palabras y riendo suave algo burlón al verlo cruzado de brazos, era interesante este chico y eso no lo pensaba de cualquiera. Se dedicaría a conocerlo un poco más, porque no.
Cuando por fin acepto su mano la agito un poco sonriente* -Es un placer Namine, yo soy Weiss jeje- *Pero como si no hubiera medido el tiempo, el contrario ya estaba humedeciendo un pañuelo para "sanar" su herida, lastima que no sabía que esta, en tan solo unos minutos más, desaparecería gracias a su sistema natural* -No tienes porque preocuparte pronto se va a cu...- *Pero se callo en el justo momento, sorprendido, este se había metido en su juego. Aquel juego en el que nunca nadie le había correspondido, su propio juego producto de su esquizofrenia, en verdad que ese chico era diferente, era especial*

-...- *Su rostro se puso serio al grado de poder dar miedo y tomándole de la muñeca de la mano con la que limpiaba su mejilla, lo detuvo. Se le quedó mirando fijamente por un momento más, antes de acercarse a su rostro y plantarle un beso en los labios sin importarle de que alguien pudiera verlos. Antes de separarse mordió su labio inferior con su colmillo para poder sacarle algo de sangre y así beber de esta.
Se aparto tan solo unos pocos centímetros de su rostro relamiendo los labios afectados del joven humano, limpiando cualquier falta de sangre que quedo. Y como si nada hubiese ocurrido, Weiss le sonrió amigable sin apartarse mucho de su distancia y aun sosteniéndole de la muñeca*

*Weiss no le contesto al instante a sus palabras, no al contrario, se mantuvo callado hasta que el sabor de su sangre haya desaparecido de su paladar, era tan...dulce pero a su vez con un toque metálico, cierto, era un humano, sus sangre era bastante común pero sabrosa. Se dio unas lamidas a sus labios más antes de hablar y con su voz varonil pero a su vez tierna y dulce le contesta* -Lo lamento, Pez-kun, solo...te estaba marcando-

*Observo que aun lo tenia en su poder gracias a aquel agarre, a lo que llego a soltarle levemente, pero no por completo* -Si tanto te duele, puedo curarte con otro beso, ¿qué dices? eh?- *Le propuso en tono juguetón aproximándose nuevamente al rostro del pelirrojo con aquellas intenciones de antes. Pero simplemente se paso a reír dejando su muñeca.

Dio unos simples pasos alrededor del muchacho, identificación: Pez-kun, nuevo jugador de aquello que no es creado, para así grabar en su memoria toda la información posible de este chico, después de todo, Shizuka no era muy segura.
Se dirigió a donde la fuente que tenía a su espalda y se sentó para poder contemplar la cristalina agua que era producida para el bien de la población, o bueno, como simple adorno*

Namine Ritsu escribió:-¿para qué me marcas? -no entendía el comportamiento del ser que tenía en frente.

-¿Para qué? Fácil...para hacerte mio jeje- *Rió divertido y algo malvado era su naturaleza después de todo y, en cierto modo, le atraía bastante lo diferente que podía ser ese muchacho, era el primero en su corta vida que parecía, o aparentaba verse físicamente como una niña.

En el momento en que le propuso ir por un helado, el albino lo miro con sus ojos bien abierto de un modo algo infantil, lleno de curiosidad y a la vez algo inocente* -Helado? En verdad...estas hablando de...ese helado? El que se derrite en tu boca y tiene muchos sabores dulces?- *Le cuestiono alterado, emocionado, ya no se sabía con precisión como se encontraba, pero eso si, se veía bastante animado con poder ir por aquel susodicho helado.

De un acrobático salto, salio de su lugar y desapareció en el aire* -Que bonita sonrisa adorna tu rostro- *Le susurro galante estando a sus espaldas, apareciendo repentinamente. Posó su brazo al rededor de su cuello y se coloco a su lado sonriente* -Por ahora no puedo revelar mis secretos, querido Pez-kun, pero es posible que...un helado cambie mi forma de pensar, jeje- *Aunque ya era definitivo que irían, Weiss no razonaba la idea de que comería un helado junto al pelirrojo, y su naturaleza lo conducía a la única cosa que conocía para obtener lo que quería*

-Jajajaja eres un chico inocente, pronto lo entenderas- *Le contesto divertido sacuendiendo su cabello levemente, no quería arruinar su linda imagen. En todo caso, era su Pez y de ahora en adelante, se había metido en el peor lugar, estar cerca de Weiss.

Cuando por fin notó que lo iba a guiar por aquellos tan preciados helados, el albino simplemente se emociono y le siguió de cerca, como un infante lleno de felicidad sin importarle lo que el resto de la gente podría decir, después de todo, se podría decir que él no tuvo una verdadera infancia y aun estaba bastante joven.

Cuando llegaron al local su primera impresión fue de asombro, tanto que estuvo a punto de ponerse a volar de un lado a otro, pero eso podría incomodar así que simplemente siguió de cerca al travesti, muy de cerca* -¿Sabores básicos?- *Le cuestiono curioso. Era su primera vez que probaría aquello, si, aunque sonara raro, pero en el infierno y en medio de un bosque, ese tipo de cosas no existían.

Vio el que había pedido “chocolate” Pensó justo cuando lo escucho y según sus recuerdos, el chocolate no era de esa forma. Se puso a leer los letreros con los sabores anotados, no eran muchos así que…* -Ese!- *Señalo el segundo de la lista que decía Vainilla. En eso, espero a que el vendedor le preparara su helado y se lo entregara* -Qué es eso?...- *Miro algo extrañado el cono con el sabor pedido dándose cuenta que era diferente al que tenía su acompañante. Se le quedo mirando por un buen rato, sin probarlo, simplemente contemplándolo, callado y sereno*

*Siguió mirando el helado mientras lo seguía silencioso hasta llegar al área en donde tomo asiento. Se le quedo observándolo por un buen momento antes de hacerle par* -Grrrr…- *Gruñó para si cuando noto que el helado se iba escurriendo por su mano, que cosa tan mas rara. Luego sin notarlo el contrario había puesto el suyo a su frente* -Probar?...- *Y con un gesto curioso e infantil, le tomo de la mano que sostenía el cono y le dio una lamida bastante grande y un poco provocadora, era un demonio después de todo, estaba en su naturaleza hacer cosas como esa.
Cuando termino se separó de regreso pero sin soltar su mano, relamiéndose los labios y conociendo el nuevo saber. En eso sus ojos carmín se abrieron con un brillo* -Es…es…tan rico- *Nunca se había imaginado que esa cosa tuviera un saber de chocolate de una forma distinto, pero si, era chocolate.

De la emoción miro el suyo y también lo probo “WOW” simplemente eran cosas nuevas que saben muy bien, adoraba el dulzor que ambos helados brindaban, tanto era su gusto que no pudo parar de comer del suyo, puesto que era el sabor más nuevo que conocía* -Waaaaa así que esto es vainilla, es tan bueno- *Ya le había soltado la mano para disfrutar de su regalo mientras hacía gestos, movimientos y lamia su helado. En eso lo acerca al otro* -¿Quieres probar, Pez-chan?- *Le dijo sonriente e infantil. Error! Lo peor que pudo haber hecho Namine, darle dulce a ese loco demonio hiperactivo.

-¿Contarte de mi? Bien…¿Pues que quieres saber? Pregunta lo que quieras- *Decía despreocupado*

Namine Ritsu escribió:-¿Nunca habías comido uno ?-

*El albino lo miró y negó de modo instantáneo con su cabeza, aun degustando de su propio helado* -Sabia que existían gracias a lo que nos contaba mi padre, pero...- *Sus palabras cambiaron a quegidos de molestia, sentía como su cabeza era presionada por el frío una sensación nunca antes sentida* -Waaaaaa que brujería!!!!- *Menciono de un cierto modo dramático tomándose de la cabeza y sacudiéndose excesivamente. Cuando el dolor paso, se quedó mirando al contrario con un tic en su ceja. Debía aguantar, no podía perder la cordura, menos estando presente a una persona que había entrado a su juego.

Respiro hondo y volvió a sonreír* - Perdón, no esperaba eso jeje oh! Chocolate? Si, si, lo eh comido en dos ocasiones, la primera cuando mi padre lo uso como carnada el día en que nos adoptó a mi hermano y a mí jeje y la segunda- *Mientras hablaba sus gestos y movimientos con las manos eran lo que más llamaban la atención, además de su intensa mirada carmín* -Fue cuando mi hermano decidió que debíamos de alejarnos de él meses después, le robo todo, y ahora que lo pienso jajaja, fue tan gracioso verle la cara de aterrado cuando el campamento estaba solo, como extraño a ese hombre- *De la risa que tenía había dejado que un par de lagrimillas salieran a relucir en su claro rostro, asomándose por sus ojos* -Al final nos salvó de un demonio que nos seguía…- *Volvió a callarse sin borrar esa sonrisa de su rostro y regreso con su helado.

Ya bastantes años que no hablaba de su pasado y le parecía increíble que aun recordara ese tipo de sucesos, pero como olvidarlos si fueron los únicos años en los que en verdad se sintió como un verdadero humano. Je, que risa. Le tomo confianza a Namine, por eso no temía en contarle sus intimidades, o lo que con los años se guardaba, aunque…si llegara a fallarle…No pensaría en eso, mejor ¿Por qué no seguir un rato más a su lado?*

Namine Ritsu escribió:-Pues dime...qué te gusta hacer, o si tienes familia, cualquier cosa sobre ti

*En ese momento lo volvió a escuchar hablar. Terminó con su helado, incluso con la galleta y se sentó con las piernas cruzadas y aun con sus gestos infantiles comenzó a contarle* -Bueno, como sabrás, tengo un hermano mayor, mi gemelo, me gusta bastante jugar a las escondidas con él, a decir verdad, en este momento estoy jugando a las escondidas con él- *Sus manos se seguían moviendo al momento de que hablaba, y sí que lo hacía rápido* -Pero también me gusta vagar por la ciudad, es entretenido ver a los humanos…- *Le sonríe* -Uno encuentra cosas interesantes cada día. Oh! Se me olvidaba- *Mete su mano al bolsillo y de ese lugar saca una pequeña billetera, que aparentemente estaba hecha a mano, de la cual saco una tarjeta y se le entrego* –Detective, je, el mejor detective de la ciudad, cuando ocupes algo, puedes ir cuando quieras a la agencia, el edificio ese amarillo grandote terroríficamente abandonado que se encuentra en el centro, junto a las ruinas de la estación de policías, en el último piso, el cuarto de al fondo, es mi casa, serás bien recibido, lo prometo. Solo…intenta no entrar por la puerta trasera…por tu seguridad- *Dice algo apenado desviando la mirada*

*El albino le dio todo el permiso de que lo tocara aliviando de un modo mágico su dolor. En veces creía que los humanos podían saber más cosas que uno mismo, eran bastante extraños y por eso, a Weiss le llamaban mucho la atención. Le sonrió al verlo explicarle como debía tratar en cuando ocurriese eso de nuevo* -Así que hasta la comida tiene una forma de degustarse, que interesante-

-¿Esconderme? Pero si lo hago jamás me encontrara, puede que…ni él ni yo sepamos donde estamos, puede que se encuentre en otra ciudad, sabes jajajaja- *Decía sin pena, ciertamente, quería que su hermano lo encontrara pero a la vez no era así.
En cuanto noto que se levantaba y se estaba despidiendo de él para así alejarse, no dudo en reaccionar. De un momento a otro apareció a su lado elevado del suelo tomándole con cierta fuerza del brazo. Sus ojos se habían afilado de un modo aterrador mostrando una sonrisa tan retorcida que todo aquello opacaba su ternura* -¿Tan pronto te vas? Pero si aún no hemos jugado- *Se acerca a su oído y con su voz varonil le susurro* -Aun no te conozco, Pez-kun- *Y de un tirón lo acerco para abrazarlo y así levantarlo un poco del suelo. Volvió a mostrarle una dulce sonrisa animada* -¿Qué tanto tienes que hacer como para abandonarme así? O…- *Y como no se hubiera esperado, se puso serio y dominante, con una mirada asesina* -Acaso…¿Tú también me temes?...-

*¿Qué estaba haciendo? O si! Cuidando su propiedad. Por mala suerte del pelirrojo, Weiss era un enfermo mental, podría no parecerlos, claro, pero era lógico que no estaba bien y el humano simplemente se abrió las puertas cuando entro a su juego*

*Weiss de cierto modo, no quería dejarlo ir, no en ese momento que se la había pasado realmente bien. Al escuchar su demanda, obedeció. ¡¿Realmente lo hizo?! Si, Respetaba al humano de cierta forma y lo ponía cuerdo. Pero a pesar de eso, no lo soltaba.
Tocaron el suelo y el albino se mantuvo callado, escuchando al contrario hablar. Ahora se sentía el mismo como un problema ya que al parecer, se iba a ir a esconder de vampiros y…demonios ¿Qué estaba haciendo?* -Yo…- *Susurro, dispuesto a confesarle su raza, pero en ese momento fue empujado, pero a pesar de ello no lo aparto. Miro la tarjeta y se odio con resentimiento ¿Para qué visitarlo después si ya estaban juntos?

Agacho la cabeza observando cómo le tenía las manos tomadas y acepto el beso. No, ahora no. Al momento en que dijo aquella última oración –“Terminaran matándome”- Su cerebro reacciono por fin. Apretó los dientes y tomándole de la nuca y el cuello lo volvió a abrazar, solo que esta vez de un modo algo protector* -No…Jamás te mataran…no mientras yo este con vida…- *Y eso serían muchos años más.
Se separó lo suficiente para observarlo fijamente, manteniéndose serio, así decidido hablo* -Vente a vivir conmigo- *Pero cuando iba a continuar se calló, pensando en las miles de cosas que podrían pasar si descubriera que era un demonio pero…también los beneficios, este joven realmente calmaba de algún modo el alma del albino. Aun así, no se detendría en la propuesta*-Yo…Te protegeré de cualquier cosa, de quien sea!- *Dijo algo alterado, pero aun serio. Le tomo la mano y la elevo casi suplicante* -Seré fiel al Pez…Estaré para el Pez…Cuidare al Pez…Pero…El Pez debe aceptarme…Pez-kun…déjame estar a tu lado…- *¿Qué estaba diciendo? Si su hermano lo escuchaba en ese momento, era seguro que le daría una buena paliza por no seguir las leyes, pero a quien le importaban, mientras más cosas rompiera estaría mejor* -¿Qué dices?-

-Comida? En serio? Yo siempre tengo comida, necesito de ella para mantenerme fuerte jajaja- *Claramente era una mentira, solo lo hacía para no olvidar su poco lado humano que tenía y el cual lo tranquilizaba, pero si le decía aquello, acaso no se asustaría?

Sus nervios eran provocados por aquel guardián que lo protegía, aquel que no le dejaba hacer las cosas a su gusto y claramente le impedía acercarse a su gemelo, lo mejor en ese momento es que siguiera pensando que era un alma vagante en solitario. Por ahora, no se presentaría por la noche.

Se topo con el suelo y le tomó de la muñeca para llevarlo en su nueva dirección, lo bueno que aquel lugar estaba más cercas, el cielo decía que pronto sus compañeros comenzarían a trabajar, eso sería molesto para su lindo compañero* -Espero y mi casa te sea cómoda, ha sido tiempo que no voy por ese lado, creo que necesitamos un poco de jeje magia- *Sacude sus manos como si arrojara polvos mágicos mientras lo llevaba en aquella dirección, después de todo, aquel chico le había dado un tesoro grande, helado, cosa que lo ponía estúpidamente feliz*